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Ok, empiezo a pensar que fue mala idea pedirle ayuda a Naoto.

Para empezar no me quiere contar sobre el tal Makoto y ya me está picando en los huevos, el chisme antes que nada. Deberás, estoy a nada de preguntarle a Hina y eso que sigo enfadado con ella.

Después está el hecho de que al parecer sus libros de romance terminan mayormente en tragedia. Yo no quiero que mi futura relación/no relación con el sonrisas termine mal.

Tipo, se que me empezaria a morir de vergüenza con solo respirar el mismo aire que él lo cual que podría llevar a un quirófano o a un tumba. Pero no es lo mismo a que me partan todo lo que se llama cara ya es lo único un poco destacable que me cargó.

Eso y mis muslos. Hashtag no presumido por si acaso.

—¿Y si haces la típica de ascercarte poco a poco?, En las novelas de mamá siempre funciona.

—Naoto, no sé cuánto de mi conversación con tu Lesbiana, digo, hermana escuchaste–. Este se traga la risa ante mi pequeña broma, mal hecha por cierto, para aligerar el ambiente–. Pero justo para eso quiero consejos. ¿Por qué la doña de la esquina nos mira como su fuéramos la cosa más gay que ha visto en su vida?.

—Takemichi... Hace un rato gritaste a los cuatro vientos todo sonrojado que no fue tú intención quedarte viendo el culo que se carga el tal Nahoya–. Me sonrojo desviando la cara para otro lado, la adolescencia te hace pendejo–. No te jusgo, pero media cafetería sí.

—Sabes que? Me voy a sucidar. Chau.

—¡Takemichi no!

ෆ╹ .̮ ╹ෆ

Nahoya.

—La próxima vez que vuelvan a decir que me gusta Takemichi voy a abrirles la yugular–. Gruñi ya arto de las burlas de Souya y Mitsuya, quienes ignorando mi enojo empezaron a reírse como dos desquiciados–. Hablo encerio.

Ok, solo les pedí ayuda para dejar de tratar mal a Takemitchy, ¿Qué tiene eso de malo?, Se supone que de todas formas debemos llevarlos bien...

No entiendo en empeño de estos dos en hacerme sentir vergüenza por una cosa tan sencilla como querer abrazar al rubio. Ósea, toda la Toman quiere, no veo cuál es el problema conmigo.

—E-es qué–. Se atragantó con su saliva intentando contener la risa, el peli azul le dio un par de palmadas en la espalda y cuando recuperó la compostura cruzo las piernas en un intento barato de verse elegante y hablo–. Nahoya, amigo del alma. Ayer lo obligaste a quedarse sentado en tus muslos y le pediste que le hiciera mimos. Por tercera vez en la semana.

—¿Y que tiene eso de malo?–. Bosifere con las mejillas calientes.

—Le apretaste los muslos cada que tenías la oportunidad.

—Y?

—Le digiste que si sentaba con Mitsuya ya no se te ascercara.

—Y-y?

—Cuando estabas medio dormido lo llamaste “bollito”–. Ok, Souya, hermano querido.

—¿Qué yo hice que mierda?

—Y si no fuera por Baji lo hubieras besado.

—Pues mal por Baji, voy por la pala.

—Nahoya no.

Sal Conmigo Malditasea [Smile X Takemishi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora