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Nahoya.

No se qué mierda me ha estado pasando estas últimas semanas. Culpa de Takemitchy.

Literal, si es su culpa.

No se como mierda pase de querer su cadáver en mi jardín a quererlo en mi cama. No con ninguna intención sucia, bueno si, pero no siempre.

Mi pecho arde cuando lo veo muy serca de alguien más y mi pulso se acelera cuando me trata bonito o intenta llevarse bien conmigo. También me e puesto a mirarlo de lejos, acompañado del Souya quien cree que me lo voy a cojer si me le ascerco, y he notado que a mí me trata más bonito que a los demás.

Eso me emociona mucho. Al punto que si me entero que es así con alguien más me voy a sentir estafado y voy a golpearlo hasta dejarlo inválido y medio muerto. Ok no, pero algo parecido, la cosa es que sin caminar si queda.

—¿Otra vez es las nubes joven Kawata?, Le recuerdo que me prometió prestar atención la próxima vez–. Me regaño el señor Amajiki.

Él es un viejo no tan viejo, profesor de agricultura, especializado en gastronomía, y es el único profesor que no he golpeado desde que inicio el año. Es como mi segundo padre, el dice que me considera su hijo no hijo, supongo que es por qué su hijo mayor, que empaz descanse, tenía la misma personalidad que yo, era uno de los tipos de tercero con los que me llegue a juntar antes de enterarme que molestaban a Souya, recuerdo que él y Amajiki nos defendieron cuando le rompimos un brazo a uno de ellos. Siempre suele aconsejarme e intenta ayudarme a solucionar mis problemas aunque no tenga ni la más mínima idea de cómo hacerlo.

Le sonrió levemente cosa que lo hace alarmarse. Es como nuestra bati-señal de que algo anda mal.

Aunque no lo parezca el no me estaba regañando en si, está preocupado por qué siempre suelo prestar atención a su clase ya que me llevo bien con el y me gusta la materia que imparte. Creo que es el único profesor que le preocupa más que me golpeen que yo lo golpee.

La campana sonó cuando intentaba responderle. No me levanté ni empecé a recojer mis útiles, simplemente me quedé sentado a esperar que todos salieran para hablar con el como solemos hacer.

—¿Nii-san?, ¿Te quedas otra vez?

—Sip, te alcanzó luego.

El peli azul asintió y se largo cerranso la puerta. Una vez quedamos solos se me acercó corriendo y empezo a examinarme.

—Nahoya, ¿Qué pasa?, ¿Quieres ir al médico?, ¿Es por el rubio de nuevo?.

Me sonrojo al escuchar la última pregunta.

—Y-yo... El rubio.

—Uff, menos mal, ¿Te rechazo o algo?, Recuerda que si te le confiesas de forma arrogante o molesto no va a aceptar.

—¡Que no me gusta!

Este dejo escapar una rosa divertida y se sentó en la silla de al lado.

—Nahoya, conmigo no funciona tu cara de “te cortare la yugular”.

—¿Mi cara de qué?.

Se levantó sin decir nada y se ascerco a su escritorio. Intentó abrir la gaveta y al no poder se le Aguarón los ojos y me miró con súplica.

«Se parece a Takemitchy en lo llorón... ¿Qué mierda hago pensando en el de nuevo?»

Se me escapo una risa nasal y me levanté intentado ocultar mis ganas de reírme. Al parecer no funcionó mucho porque de un momento a otro me miró con el ceño fruncido y chasqueo la lengua, advirtiendome silenciosamente de que si me reía me bajaria la nota.

Sal Conmigo Malditasea [Smile X Takemishi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora