Takemichi.
Todos los pensamientos que pasaban por mi cabeza en aquellos momentos se apagaron dejándome en el limbo. Nunca espere que esas palabras salieran de su boca.
Intente responderle, pero mis palabras se quedaron atascadas en mi garganta y mis ojos empezaron a lagrimear de la sorprende y alegría. La cara de susto del pelirosa provocó que mi corazón punsara.
Me lance a abrazar a su cuello empezando a sollozar de felicidad. Sus brazos rodearon rápidamente mis caderas aferrándose a estás con cuidado, cómo si tocarme de cierta forma le quemará. Sus nervios y miedos llenaron la habitación junto con extraños susurros inentendibles.
—Y-yo, perdón, no quise decir eso–. Su voz s entrecortaba y trababa con ansiedad–. Quiero decir, si me gustas, pero está bien si ya no quieres pasar tiempo conmigo. Y-yo, llamaré a Souya para que abra la puer-.
—¡Me gustas!–. Logré escupir entre sollozos y jadeos con la voz gangoza y rasposa–. ¡Tú también me gustas mucho!
La estancia quedó en silencio, solo permaneciendo mis sollozos ahogados y la leve respiración de Nahoya.
La ansiedad me consumió ante el repentino silencio. No puede evitar pensar en todas las cosas malas que pude hacer dicho en una oración tan corta.
«Tal vez fue una broma... Y tú... Tú confesarse sus sentimientos a lo pendejo y por eso el te odia»
—Y-
Mis palabras se desvanecieron siendo reemplazadas por suspiros chiclosos y un gemido de sorpresa.
Sus labios empezaron a tragar los míos de forma feroz y mojada; chupandolos, lamiéndolos, mordiendolos y estrujandolos para luego soltarlos por la falta de aliento y volver a reiniciar la rueda una y otra vez en un círculo vicioso que empezaba a ponerme caliente.
Mis labios están temblando casi tanto como mis piernas, dejándome extremadamente sensible y perceptivo a sus caricias.
Sus brazos apretando mi cintura, nuestros pechos rozando, mis brazos sujetos a su cuello. Todo tenia un efecto tan malditamente corrosivo en mi sistema que me dejaba mareado y erecto.
Mi sistema termino por colapsar dejando la poca cordura que me al borde del precipicio cuanto un gemido de su parte se estrelló contra mi lengua.
Me separe con un sonido mojado recordándome sobre su hombro.
—No digas nada–. Tomo mis mejillas juntando nuestras frentes–. Dios, por un demonio.
—No creo que a ellos les guste que coloques sus nombres juntos–. Bromeé para aligerar la caliente aura.
—Me vale una mierda–. Rozo sus labios con mi cuello–. Esperaba que me mandaras a la mierda y me pegaras con un palo cada que me vieras pasar por la calle.
Nuestras carcajadas invadieron la habitación.
La conversación perdió todo rastro de sentido llenadose se bromas de mal gusto y cometarios pasados de tono que calentaban mis mejillas hasta causarme una leve fiebre, según él, cada que me movía sobre sus piernas.
En algún punto de la madrugada caímos en cómo en la cama sin siquiera recordar de que habíamos estado hablando y el porque reíamos como dos locos a altas horas de la madrugada. Creo que de no ser por la mama de los gemelos nisiquiera me hubiera levantado para ir a la escuela.
Digo, ¿Quién se levantaría estando acostado de cucharita con la persona que le gusta?, Dioses, ¿Por qué tengo el presentimiento de que la señora Kawata va a hacer un cuadro con todas las fotos que estoy seguro nos tomo?.
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Sal Conmigo Malditasea [Smile X Takemishi]
FanfictionA smile le fastidiaban las personas debiles y lloronas. Podría hasta decir que las odia, pero... ¿Por qué con el rubio era diferente?. Angry y Draken... Y media toman, al ver lo colado que estaba por salir con el rubio deciden ayudarlo. Mientras Sm...