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Nahoya.

Los gritos en la pantalla me hacían temblar y esconderme levemente tras el brazo del rubio.

Estoy seguro de que Takemitchy se dio cuenta de todos los gritos que me he aguantado y de las tremendas ganas que tengo de tirarme de un edificio.

Sentarse cerca del rubio no fue mi mejor idea. Pensé que el también estaría asustado pero al parecer no... Estoy quedando como un pendejo, estoy segurito de que se está riendo de mí en secreto.

Ok, al principio me encantaba la idea de estar pegado a Takemitchy como una lapa pero esto ya no me está gustando para nada.

¿Por qué mierda el piso parece que se volvió azúl?, ¿No era blanco cascarón de plátano de tortuga?.

No estoy paranoico ni tratando de pensar en algo que no sea la puta peli esa de mierda. Se los juro, no es como s-

—¡Bu!

—¡Ah!–. Me tape la boca inmediatamente, ¿Enserio yo fui quien gritó?, Eso sono como una mujer. Avergonzado me levanté, corrí hasta llegar a la puerta de mi habitación y desde ahí les grite–.¡¿Saben qué?!, ¡me dio sueño, quédense ustedes con sus malditos demonios y vainas raras!

Estrelle la puerta agitado, temblando por todos los gritos que me aguante y con la cara caliente de la vergüenza.

¿Cómo mierda voy a mirar Takemichi a la cara ahora?, Seguro a de pensar que soy un pendejo chupa bolas...

«Ósea, si se las quiero chupar pero una cosa no tiene que ver con la otra».

Ok, estoy entrando en pánico... ¿La silla se acaba de mover?, Jesús, en ti confío.

Unos toques en la puerta me sobre saltaron.

—Si sos un demonio vete, ¡tengo agua bendita, un rosario y me se el padre nuestro!.

Una leve carcajada se escuchó tras la puerta.

—Soy Mishi Naho, ¿Puedo entrar?.

«Quedaste como un pendejo dos veces seguidas. Bien hecho».

Comencé a tartamuedear, mis latidos estaban tan acelerados que podía sentir la habitación temblar. Entre rápidamente al armario y me hice bolita dentro.

De seguro me dira que soy un miedoso y que ya no le agrado, de seguro pensara; “oh, yo pensaba que el era un chico cool y bonito, pero al parecer es solo un miedica sin remedio”...

El leve crujido de la puerta al abrirse nunca me dio tanto miedo, los pasos que resonaban en la habitación sonaban cada vez más serca y tétricos. Como en la peli... Donde la tipa estaba acostada y de repente la tomaron del cuello y empezaron a ahogar la...

—Nahoya, ¿Estas en el baño?.

No respondí, eso definibamente contaria como delatar mi posición al demonio, pero, ¿Y si me jala las patas por la noche por no responderle?.

Comencé a ver en cuadritos, la sangre se me heló al escuchar los pasos cada vez más cerca del armario. Contuve las respiración por instinto con el corazón el la boca, si me muero espero sea atragantado con este y no a manos de alguna cosa rara.

—Nahoya... Supongo que no está... Me iré con Souya.

—¡En mi cadáver!–. Salte de dentro del armario para agarrarle la manga del suéter, me congelé al ver su cara de satisfacción–. Digo, puedes irte, tú nunca me viste.

Intente cerrar de nuevo las puertas del armario, pero una bonitas manos me lo impidieron.

Le sonreí zacarrona mente para evitar que se notará mi pánico interno.

Sal Conmigo Malditasea [Smile X Takemishi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora