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Miedo... Eso es lo que siento al ver la dura mirada de papá, poco a poco me voy acercando a él, quien me esperaba de brazos cruzados justo en la entrada de la casa Wheeler. A pesar de todo, me sigo sintiendo pequeña a su lado.

Bajo la mirada al pasar por su lado, dirigiéndome a la camioneta, pues podía sentir la desaprobación en su mirada, al subir lo único que suelta es un suspiro pesado, no hay regaños de por medio, ni palabras, por lo cual me hago aún más pequeña en el asiento y la primera lágrima rueda por mi mejilla.

A pesar de todo, no se siente ningún tipo de tensión en el lugar y luego de unos minutos de camino él corta todo silencio existente.

—Me preocupaste hija. —Suelta de la nada y toma mi mano, tal vez haciéndome sentir segura o apoyada, no puedo responder ya que con ese simple gesto de su parte, rompo en llanto.

Sin entender porque lloraba, o bueno, tal vez pensando que fue la discusión con mamá, estaciona en el borde de la carretera y me abraza a lo cuál yo correspondo con fuerza y me escondo en su pecho mientras sigo con el llanto por varios minutos. Mi papá solo acaricia mi espalda y cabello, haciéndome sentir segura en sus brazos, por lo cuál poco a poco me voy tranquilizando.

—Perdóname papá, te fallé. — Es lo único que sale de mis labios entre pequeños sollozos, me separo despacio de él mientras paso mis manos por mis mejillas eliminando poco a poco las lágrimas. Miro sus ojos, llenos de cariño y amor por mí y me vuelvo a quebrar, no soy capaz de mantenerle la mirada y vuelvo a bajarla.

Él sabiendo que algo oculto, con dos de sus dedos toma mi mentón suavemente y lo levanta, volviendo a conectar su mirada conmigo y me observa detalladamente los ojos. — Jane, ¿Tienes algo que quieras decirme?— Habla suavemente sin ninguna molestia en su voz. Lo cuál me hace sentir peor, porque cuando confiese el secreto, se que estallará en irá, sus celos de papá, le llamo yo.

Me quedo algunos segundos en silencio y asiento con la cabeza, evitando a toda costa su mirada, tomo una bocanada de aire y me aclaro la garganta antes de hablar. — Yo... Creí estar embarazada.— Mi voz salió en su susurro, él no dijo nada.

Volvió a abrochar su cinturón y siguió conduciendo a casa en silencio, los minutos parecían horas, sentía que mi corazón se saldría de mi pecho, pues estaba nerviosa, esperaba algún grito o regaño de su parte, sin embargo, no hubo nada más que silencio.

Al llegar ambos bajamos y nos adentramos a nuestro hogar, sin dar tiempo a nada me dirigí lo más rápido que mis piernas permitían a mi habitación, me lancé a la cama y volví a llorar, lo hacía en silencio y cubría mi boca evitando soltar sollozos, no quería que nadie me escuchara ni viera.

Dos pequeños golpes en la puerta me sacaron de mi nube de pensamientos, rápidamente limpié de mis mejillas todo resto de lágrimas, aunque aquella pequeña hinchazón en mis ojos, me delataba. — Adelante.— Solté con una leve sonrisa pues pensé que se trataba de alguno de mis hermanos, pero al ver al mismísimo Jim Hopper frente a mi, todo intento de sonrisa se borró y fue reemplazada por unos ojos cristalizados por las lágrimas.

Me senté en mi cama con mis piernas cruzadas en forma de mariposa mientras mi padre se sentaba en una silla frente a mí. Me miró en silencio por algunos minutos y suspiró antes de hablar. — ¿Fue con Michael? — Preguntó suavemente y yo asentí con mi cabeza sin ser capaz de mirarlo, fue cuando volvió a hablar que levanté mi cabeza al escuchar su pregunta. — ¿Te obligó? ¿Abusó de ti? —

Abusar. Doctor Brener. Malo.

Fue ahí que recordé la charla con mi madre sobre lo que significaba esa palabra e inmediatamente negué con mi cabeza mirándolo a los ojos.

— Yo estuve de acuerdo, no me hizo nada malo papá.— Hablé suavemente con algo de temor, pues en otra ocasión, él estaría vuelvo loco por sus celos. — Se que estás enojado por escaparme y por ocultarte las cosas. Yo... Tenía miedo.

Él no respondió nada y solo se sentó a mi lado dándome un abrazo, uno fuerte pero cálido al mismo tiempo. Acarició mi cabello a lo cual yo cerré mis ojos. — No estoy enojado, solo me preocupé por ti. — Susurró suavemente mientras continuaba jugueteando con mi cabello. Se encontraba nervioso. — Respecto a Mike... Lo único que puedo decir es que me alegra que no me hagas abuelo aún... Supongo que esto pasaría en algún momento, ¿No? —

Hizo una mueca con algo de disgusto mirándome, a lo cual solo reí muy levemente volviendo a abrazarlo, en sus brazos me sentía a salvo, segura, sentía que nada malo me podría pasar. En sus brazos sentía mi verdadero hogar.

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⏰ Última actualización: Jan 23, 2022 ⏰

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Cartas a papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora