Enferma

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Tres días habían pasado desde que se mudaron, días en los cual Eleven había permanecido enferma del estómago.

Al principio Joyce había pensado en la posibilidad de que a la chica le hubiese caído mal comer tantos dulces durante el viaje. Sin embargo esa idea fue descartada unas horas más tarde, después de que su pequeño Will también enfermara.

Los vomitos se hicieron presentes en los menores lo cual alarmó a Joyce y los llevó al médico, donde el les confirmó que era solo un virus, nada grave, con reposo, tomando bastantes líquidos y sus medicamentos, en menos de una semana estarían bien.

Will y El estaban en el salón principal viendo una película, al menos se hacían un poco de compañía mientras los mayores no estaban y así se sentían mejor.

— Ya llegue chicos. — Resonó la voz de Joyce desde el garaje por toda la planta baja.

— Hola mamá. — Dijo el castaño sin ánimos, El solo se dedicó a sonreírle.

— ¿Como siguen? — Preguntó la mayor mientras con su mano tomaba la temperatura de ambos niños.

— Ya mejor, hoy no he vomitado, solo me siento cansada. — Dijo por primera vez El.

— ¡Genial!.— Joyce asintió le dedicó una sonrisa y les dijo que iba a preparar el almuerzo, les hizo una caldo de pollo para que no les sentara tan pesado en el estómago, ya que no tenían nada en el, puesto que todo lo habían devuelto los últimos días.

Al terminar de ver la película y almorzar, Joyce les dió los medicamentos, y los mandó a descansar un rato, en una semana ambos iban a iniciar la secundaria y debían estar completamente sanos para ese entonces.

Hola papá, ¿que tal va todo? Estos días no he podido escribirte, he estado enferma, Joyce estaba muy preocupada, pero solo era un virus.

No sé que signifique eso sinceramente, pero supongo que no era nada malo puesto que Joyce se tranquilizó. Will también a estado enfermo, y nos la hemos pasado viendo películas.

¿Sabes papá? La próxima semana empiezo la secundaria, y estoy muy nerviosa, Jonathan me ha dicho que podré hacer amigos nuevos. Pero sabes que no soy buena con las palabras.

El otro día hablé de eso con Max y se puso celosa, dice que ella es mi única mejor amiga, me causó mucha risa.

Los extraño tanto papá, a los chicos, a Max... Te extraño a ti, nuestra cabaña, nuestras charlas nocturnas... No quiero ir a la secundaria, quiero que tu vuelvas, que seas tú el que me siga enseñando cosas, pero es imposible devolver el tiempo, lo sé, me lo dijiste...

Solo espero que estés orgulloso de mi papá, tanto como yo lo estoy de ti. Te quiero muchísimo.

Con cariño; El.

El dejó el cuaderno de lado y se dispuso a dormir, cuando escuchó a Joyce llamarla desde la planta baja se sobresaltó y fue casi que corriendo. La mayor le indicó que la buscaban al teléfono y la pequeña esbozó una sonrisa, sabía de quién se trataba...

— ¿Hola.? — Dijo la castaña.

— Hola El, ¿Cómo estás? La señora Byers me dijo que tu y Will han estado enfermos así que ¿Como sigues?— Un preocupado Mike resonaba por el otro lado.

— Ya estoy mejor Mike, me han dado unos medicamentos y ya estoy bien — Un suspiro salió de parte de la menor.— Te extraño. — Soltó sin más.

— Yo te extraño a ti mucho más... A Will también pero, principalmente a ti. — Una mueca como intento de sonrisa salió por parte del peligro.— Cuento los días para que sea Acción de Gracias y poder verte...

Y así transcurrieron unos 15 minutos más o menos, diciéndose lo mucho que se extrañaban, contándose lo que habían hecho durante los últimos días, y ansiando el día en el que pudieran verse nuevamente.

Sin darse cuenta el único hijo varón de los Wheeler era la cura perfecta para la menor de los Byers, con solo esa llamada bastó para hacerla olvidar de que estaba enferma.

Cartas a papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora