Te extraño

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Ambas, casi al amanecer finalmente se habían quedado dormidas en el sofá, la mayor despertó primero y al ver a la pequeña sumida en un sueño profundo la cargó hasta su habitación.

Horas después, mientras Joyce preparaba el desayuno la pequeña seguía descansando, con la esperanza de que al despertar todo fuera una horrible pesadilla pero no era así.

Pasado un rato la mayor fue de habitación en habitación levantando a sus hijos para que fueran a desayunar, pero al llegar a la habitación donde se encontraba la menor no pudo evitar sentirse mal al encontrarla llorando mientras abrazaba una almohada; y justo ahí fue donde una no muy loca idea apareció en su cabeza

— Tranquila, tranquila, aquí estoy — le dijo mientras la abrazaba, intentando consolar a la menor.

— Soñé con el, lo extraño mucho.

— Yo también lo extraño pequeña, mucho. — Dijo en un tono triste. — Tengo una idea, porque no después de desayunar vamos a la tienda y te compro un cuaderno y lápices, ¿Qué opinas?

— ¿Cuaderno? ¿Para qué? — preguntó mientras limpiaba algunas lágrimas de sus mejillas.

— Sí, cuaderno, así le escribes cartas a Hop, es una forma de desahogarte, puedes contarle sucesos importantes que pasan en tu vida, para que él esté presente en cada proceso. — Dijo la mayor con una sonrisa en su rostro.

La menor se limitó a sonreír y devolverle un abrazo, un cálido abrazo que necesitaba. Luego del desayuno tal y como dijo Joyce fueron a la tienda a comprar cuadernos y lápices, luego pasaron por la ahora, destrozada cabaña de Hop y El, para que la menor recogiera algunas pertenencias y recuerdos, ya que la mayor pensaba en ir a comprarle algo de ropa adecuada a su tamaño y edad.

Después de un rato de pensarlo la pequeña El estaba decidida a escribir sus sentimientos y vivencias para su padre, recostándose en el suelo de su nueva habitación, comenzó a escribir.

Hola Hop...
Soy yo, El. Joyce me dijo que escribirte me haría bien, así que decidí intentarlo.

No te haces la idea de lo mucho que te extraño, no han pasado ni 24 horas de lo ocurrido en Starcourt, y me siento mal, vacía, sabes, Joyce me permitió quedarme en su casa, pero yo solo deseo volver a nuestra cabaña, quiero estar contigo, extraño tus abrazos en las mañanas o los cuentos que me leías antes de dormir.

Mi vida sin ti ya no es lo mismo, y me arrepiento mucho de no aprovecharte más, pero de lo que más me arrepiento es de nunca haberte llamado papá.
Ahora entiendo que papá no es algo malo como yo lo relacionaba, papá es quien te cuida y protege, y tu siempre fuiste eso para mí... Fuiste mi verdadero papá.
Dónde sea que estés quiero que sepas que te extraño y te quiero.

Con cariño, El

Cartas a papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora