Esa tarde luego de que Joyce le diera un té y unas pastillas para el dolor, la mayor debía volver al trabajo, no sin antes decirle a El que la llamara cualquier cosa.
La pobre Eleven pasó toda la tarde acostada, los cólicos iban aumentando y ella no sabía que le pasaba, así que decidió dormir para no sentir dolor.
A la mañana siguiente, se sentó en su cama, y sintió un líquido escurrir de su entrepierna. Asustada se levantó y había una mancha de sangre en la sábana al igual que en sus pantalones.
Miles de recuerdos espantosos pasaron por su mente en ese momento, recordando la primera vez que el Dr. Brenner "la castigó" y los ojos de la pequeña se llenaron de lágrimas, no le importó si sus hermanos estaban y que la vieran llorar o manchada de sangre, solo quería a su madre.
No se lo pensó dos veces para salir corriendo escaleras abajo donde se encontraba Joyce preparando el desayuno con ayuda de Jonathan como era de costumbre. La mayor al verla tan pálida y con los ojos cristalinos se preocupó y fue donde ella asustada.
— Cariño, ¿Que sucede? ¿Por qué lloras?
—M-me estoy muriendo, estoy sangrando, nunca había sangrado tanto por ahí, t-tengo miedo. — Joyce la abrazo para calmarla. — Y-yo no quiero ir al doctor, pero tampoco quiero morirme.
Al hacerlo bajó su vista a los pantalones de El y se dió cuenta que había tenido su primer periodo. Eso realmente la relajó bastante ya que nunca había visto a la pequeña tan asustada.
— Mamá, ¿Qué le pasa a El? — Preguntó Will bajando las escaleras. Que al ver la espalda de su madre abrazando a la pequeña y el rostro de El llorando, se preocupó.
— No es nada grave Will. — Dijo volviéndose a él, mientras daba una mirada cómplice a Jonathan.
— ¿Porqué no me ayudas a poner la mesa? — Interrumpió Jonathan, al notar la incomodidad de la menor. Mientras su madre llevaba a la pequeña Eleven a su habitación. Will rápidamente entendió lo que sucedía.
— Oh... S-Sí, claro.— Dijo cambiando de tema, mientras sus mejillas se teñían de rojo.
(...)
— Tranquila, mira esto es normal. — Dijo la mayor entrando a la habitación, cuando vió la sábana manchada sintió su corazón encogerse. — Bien, haremos lo siguiente. Tú te vas a meter a bañar, y cuando estés lista te enseñaré a colocarte las toallas sanitarias, luego hablaremos más calmadas. Yo lavaré las sábanas y tu ropa, no te preocupes. ¿Bien?
— Bien. — Dijo en un sollozo.
Luego de unos minutos ya se encontraban las dos en la mesa, Jonathan había ido a dejar a Will a la secundaria por orden de su madre. Joyce le había preparado un té para los cólicos y estaba dispuesta a explicar todo a la menor.
— Bien cariño, lo que te pasó es algo completamente normal, se le llama periodo menstrual. Le pasa a todas las niñas de tu edad. — Dijo Joyce.
— ¿No me voy a morir? ¿Porque pasa? — La menor tenía muchas dudas.
— Claro que no vas a morir. — Soltó una risita. — Pasa porque tú cuerpo está cambiando, creciendo y madurando. Para que cuando seas más grande puedas tener bebés.
— ¿A ti también te pasó?— Preguntó en un tono avergonzado.
— Claro que si, aún me pasa, a todas las mujeres del mundo les pasa, mira, sé que puede sonar extraño o dar un poco que miedo al principio, pero es normal lo que te sucede, cielo. — Dijo la mayor con un todo dulce.
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Cartas a papá.
FanfictionLuego del trágico 4 de julio, Eleven empieza a escribirle cartas a Jim Hopper contándole los momentos más importantes de su vida. Prohibido la copia total o parcial de esta historia. Los personajes no son de mi pertenencia, son parte de la producció...