Cambios

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Un domingo muy caluroso se asomaba por el pequeño pueblo de Hawkins. A penas eran las ocho de la mañana y todos en la pequeña casa de los Byers estaban despiertos debido al calor.

La mayor de la familia fue a las habitaciones de sus hijos para levantarlos y decirles que ya estaba el desayuno preparado sin embargo se encontró con la sorpresa que los tres chicos ya estaban despiertos y no de un muy buen humor.

El desayuno transcurrió con normalidad, alguna que otra platica por parte de Will y El sobre las nuevas películas que la noche anterior se dedicaron a ver. Pero Joyce estaba inquieta y muy silenciosa, lo cual rápidamente los tres hijos notaron.

— Mamá, ¿todo bien? — Preguntó el mayor, sacando a su madre de sus pensamientos — Te notas rara.

— Sí, todo bien — les dedicó una sonrisa — En realidad quería hablar con ustedes.

Los tres al escuchar la seriedad en la voz de su madre dejaron de comer y prestaron toda la atención, no sabían en que problema se habían metido ahora, puesto que su madre usaba ese tono solo cuando se portaban mal y los regañaba. Joyce al notar el silencio de los chicos decidió seguir hablando.

— Saben que todo lo qué pasó en los últimos meses ha sido una etapa muy dura — Dijo principalmente viendo a su nueva hija, ella sabía a lo que se refería... Hopper — Dura para todos, y los que más han sufrido consecuencias han sido Jane y Will.

Los chicos se volvieron a ver, no entendían de que quería hablarles su madre y porque estaba tan seria, los chicos se estaban desesperando.

— Yo... Yo no quiero ser una molestia para ustedes — Dijo El casi en un susurro, se sentía culpable aún

— Oh no, cariño no pienses eso.

— ¿Entonces que pasa mamá? — Preguntó un desesperado Will

— Bueno, hace un tiempo — Hizo una pausa — Hace un tiempo, incluso desde antes de lo del Starcourt he estado pensando en mudarnos... Empezar de cero, y hace unos días salió una nueva oportunidad de trabajo , en las afueras de Indiana, y tomé la decisión de irnos, de que Will y Jane sean unos niños normales, que disfruten cada una de sus etapas como debe ser y no enfrentando monstruos. — Terminó de decir la mayor.

Los tres chicos solo la miraban en silencio, lágrimas amenazaban con salir de los ojos del ahora no tan pequeño Will, por su lado Eleven se mantenía en silencio, no entendía nada, y Jonathan solamente soltó un pesado suspiro.

— Mamá, ¿Estás segura de esto? — Pregunto el mayor de los tres chicos, rompiendo el silencio.

— Muy segura Jonathan, allá encontré una casa nueva, incluso mucho más grande que esta.

El menor de los Byers sin decir nada se puso de pie y se retiró a su habitación sollozando, Jonathan lo siguió, necesitaban ese momento de hermanos, sin contar que Jonathan siempre fue una figura paterna para el menor. La pequeña El solo se quedó en la mesa con Joyce, cientos de preguntas pasaban por su cabecita en ese momento.

— Entonces, ¿Significa que nunca más vamos a ver a los chicos?  — Dijo la castaña con un tono triste.

— Claro que si los verán, para las vacaciones podemos venir a visitarlos o ellos pueden ir — Dijo con una sonrisa en su cara.

— Y, ¿Las cosas van a cambiar? Dijiste que Will y yo éramos el motivo de que nos vayamos.— volvió a preguntar la pequeña.

— Cambiarán, sí, pero en el sentido de que harán nuevos amigos, será una nueva ciudad, ya sabes, mi trato contigo no va a cambiar, o tal vez un poco, pero para bien, tendré más tiempo para estar con ustedes dos, para aconsejarlos y esas cosas de mamás. — Comentó Joyce soltando una risilla, la cuál le contagió a El.

— Entonces... Medio feliz. — Dijo la pequeña recordando las palabras de su padre en aquel Halloween donde no la dejó ir a pedir dulces. — ¿Puedo contarle a papá?

— Oh pequeña, puedes contarle lo que quieras. — la mayor sintió su corazón apretarse en su pecho, cuando la pequeña la abrazó y salió corriendo a escribirle la tan ansiada carta a su padre.

Hola papá.
Las cosas en casa van mejor, con Will me llevo muy bien, al igual que Jonathan, me cuidan como su "pequeña hermana"

La señora Joyce también me quiere mucho, me lo dice a diario, y me lo demuestra, espero que estés feliz con eso. Hoy ha sido un día muy caluroso papá, quisiera que estés aquí para ir a tomar un helado como solíamos hacerlo...

Hoy Joyce nos dió una noticia, se vienen cambios a nuestra vida, nos vamos a mudar a las afueras de Indiana, Will no se lo tomó muy bien y ha llorado un poco. Yo estoy medio feliz. ¿Recuerdas la primera vez que me enseñaste esa frase? Ese día estaba realmente enojada papá, te extraño tanto...

Si nos mudamos voy a alejarme de los chicos, pero también quiero tener una vida normal, como me dijo Joyce. Me hubiera gustado que tu estés acá, y que vivamos todos juntos, de seguro seríamos muy felices los cinco.

Papá me tengo que ir por hoy, pero volveré a escribirte pronto, ¿sí? Te quiero mucho, y te extraño tanto.

Con cariño
- El.

Cartas a papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora