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Ena

-Es tarde y aún no vuelven, cuando terminemos de cenar los llamaré. - Mamá había hecho algo de sopa para nosotros tres.

-Que rica sopa, señora Miyazaki. - Manjiro levantó el pulgar dando su aprobación, yo rodé los ojos. - Uhmm, ¿es muy lejos el taller?

Mamá estaba en la cabecera asintiéndole, Mikey y yo frente a frente. Llevaba pateándolo desde que tomamos asiento ahí.

-Quizás se quedaron en alguna cabaña por ahora. - Sugerí.

-Sólo espero que llamen pronto. - Llevó una cucharada a su boca. - Me siento tan insegura estando sola en casa...

-Estás conmigo... - Hablé por lo bajo.

-Pero somos mujeres. - Apreté mis puños. - Queramos o no, siempre seremos débiles.

Conté mentalmente hasta 10, 20 y 30 para calmarme. A veces tenía unos pensamientos tan...

-Manjiro, ¿por qué no te quedas?.

-¿Qué?. - Cuestionamos la unísono.

-¿Cómo se va a quedar Manjiro?, ¿estás loca?.

-Señora, yo... No tengo ropa para dormir y mañana hay escuela... Además, mi abuelo y Emma están solos, ya sabe.

-Qué problemón. - Tomó su cabeza entre sus manos.

Se formó un silencio incómodo. Muy incómodo.

-Manjiro, te hago dorayakis. - Definitivamente mamá juega sucio.

-¿De cuántos hablamos?. - Y Manjiro es un imbécil.

-¿Qué te parece por toda una semana?.

-Trato hecho. - Ambos son unas ratas.

Mamá sonrió para luego mirarme. -Ena, duermes en el sillón.

-¿¡Por qué!?.

-Manjiro dormirá en tu habitación.

-¿Acaso no puedo dormir contigo o en la habitación de mi hermano?. - Un tic de estrés atacó mi párpado.

-No. - Siguió comiendo sopa mientras Manjiro me miraba. - Coman.

-Luego les avisaré a Ema y a mi abuelo. - Observó el reloj. - Quizás aún me da tiempo para ir a buscar mi pijama.

-Utiliza los de mi hijo. - Mamá sujetó la mano de Manjiro.

-Uh, bien.

-Voy al baño. - Me levanté sin más para arracar de esa situación, ¡que incómodo!

¿Por qué diablos mamá desea que Manjiro se quede tanto?, ¡recién estamos volviendo a hablar, y para más, mañana tenemos escuela!

Me encerré en el lavabo rascando mi brazo, Manjiro me estaba comenzando a cagar la vida de a poco... Es como una peste, empieza de a poco y luego coloniza absolutamente todo.

Decidí salir cuando ya estaba un poco más calmada y volví a sentarme en mi lugar, recibiendo una patada de Manjiro por debajo. Por esta vez, sólo lo mire mal y aguanté las ganas de devolvérselo.

Secreto || Manjiro S. // MikeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora