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Ena

abrió la puerta con dificultad y entramos, estaba todo igual e incluso un poco más limpio. cerró las ventanas luego de encender la luz y se recostó en el sofá para prender su televisión.

- ven aquí, te extrañé mucho. - me lancé sobre él besuqueando su rostro parte por parte. - quédate aquí hoy, mañana te vas temprano si quieres y vamos a ver a Shinichiro.

- me voy a quedar aquí siempre. - agarró mi cintura apegándome más a él. - ¿cuando pelean con Tenjiku?.

- mañana, 22 de Febrero...

apoyé mi cabeza en su pecho indicando que siguiera hablando.

- hace unos días vi a un chico peliblanco, cuando se fue pensé en el ex novio de tu amiga la zanahoria.

- ¿Izana?, ¿dónde lo viste?.

- en la orilla del mar... estaba disfrutando la vista y apareció de la nada. - acarició mi cabello despacio. - ¿irás a la batalla contra Tenjiku?.

- Takemicchi dijo que no fuera, no lo sé...

- esa rata no sabe lo que dice, ve a verme pelear, por favor. - me acomodé sentándome sobre su estómago sonriendo. - quiero que veas como golpeo a todos.

simuló unos golpes y sujeté sus manos. - entonces iré, ¿recuerdas el ritual que tenemos antes de que pelees?.

- obviamente, lo estaba esperando. - me acomodó en su entrepierna y solté unas carcajadas. - te dejaré marcada para que vean que eres mía.

que posesivo, amor.

(...)

- suelta esa manta y vamos a desayunar, estoy muriendo de hambre. - abroché mi sostén al borde de su cama.

- es mi vida entera... - entreabrió un ojo. - no te vistas, quédate desnuda para mi.

- sucio, Emma te regañará. - recogí las ropas que lanzamos anoche y lo obligué a salir de la cama.

- haz la cama, por favor. - sentí una nalgada. - lo siento, fue un impulso.

negué suspirando y acomodé las sábanas para terminar de vestirme y regañar a un somnoliento Manjiro. fuimos a casa en silencio encontrándonos con Emma y el abuelo Sano que me saludó con alegría.

él seguía impartiendo clases en el dojo y estaba contento de que su nieto siguiera ejerciendo lo aprendido, por otro lado, Emma volvió a hacer otro huevo con café para mi de lo más feliz, adoraba verme en su casa.

- ¿Mikey te entregó las cartas?.

- ¿que cartas?.

- ¡Mikey, vine con Takemichi!.

todos miramos al rubio que se mostraba enojado.

- Kenchin y Emma siempre arruinan mis cosas... ¡ya voy!. - aplastó su huevo con un tenedor. - ¿por qué vienen a visitar o gritan desde temprano, acaso no conocen el concepto "paz"?.

se apuró en terminar y salió hacia ellos, quedé sola con Emma ya que su abuelo fue a alistarse para las clases.

- Manjiro me contó que pelearon, se quería morir. - sorbió su té. - me alegra que se hayan conciliado.

- ah, si... es muy imprudente a veces.

- anoche te escribió una carta. - se levantó hacia un mueble rebuscando cosas. - bueno, tres...

me pasó un sobre y 2 hojas que leí atentamente.

- sé que Mikey es muy caprichoso, pero te ama, Ena. comportarse de manera infantil es su forma de demostrar que se siente bien con tu compañía.

Manjiro estaba celoso e inseguro.

- eres su primera novia y a veces no sabe cómo tratar, se pasa equivocando y arrepintiendo por lo mismo. - sonreí al terminar de leer el mensaje de aquel sobre.

- Manjiro es el amor de mi vida, haría cualquier cosa por él. - miré a Emma seriamente. - gracias por cuidarlo, aconsejarlo y contenerlo cuando no puedo.

sus ojos avellana de enchinaron al sonreír y levanté los platos sucios que quedaban en la mesa.

- yo me haré cargo de esto, por ahora ve a ver a los chicos.

la menor de los Sano preparó algunas cosas y salió en busca de los pandilleros, yo solamente me concentré en lavar bien las tazas y cucharas que utilizamos.

después de todo, Manjiro y yo sólo somos niños jugando a ser adultos.

estábamos experimentado demasiadas cosas dificultosas a nuestra corta edad como lo es el mantener una relación, el ordenar un grupo amplio de jóvenes sin control y el querer que todos estén bien.

aún así, ninguno de los dos tenemos un mal corazón ni hacemos mal a nadie sin motivo.

a lo mejor ambos ocultábamos cosas como pensamientos o sentimientos negativos y supongo que está bien, es parte de la vida hacerlo, lo importante es que teníamos apoyo externo para llevarlos.

dejé los utensilios secar y me dirigí hacia la habitación de Mikey.

- buenos días, ¿que hacen?... ¿dónde está él?.

- salió. - respondió Emma guardando unos papeles.

Takemichi me analizó como si estuviera descifrando un puzzle y se levantó para irse con Draken detrás.

- ¿que pasa...?

- tengo un hermano adoptivo mayor, Izana, que es líder de Tenjiku y tiene resentimientos con Mikey...

¿Izana?, ¿el bastardo que estuvo con Rachel?

- ya veo... ¿iremos al cementerio?. - cambié de tema, ella asintió con la caja entre sus manos y salimos.

Emma se alistó y perfumó, cuando estuvimos lista esperamos un taxi algunos minutos.

- ¿crees que Izana lo perdone?.

la mirada de Emma seguía buscando un vehículo, su rostro y expresiones estaban en el limbo de seria y neutral.

- claro que sí.

- Shinichiro no quería esto, ¿sabes?. - escondió sus manos en su cintura, como una tetera. - él siempre quiso unir a la gente.

- ni él ni Mikey tienen la culpa del camino que eligió Izana.

- no veo a Izana de hace mucho, ¿crees que me reconozca si me llegase a ver?. - detuvo un taxi. la pregunta quedó en el aire debido que mi cabeza no supo formular alguna respuesta.

¿que debía hacer en un conflicto familiar de tal grado?, ¿que es lo que haría aquel gran pelinegro carismático que parecía chimenea en un caso como este?

- sé que Mikey y Takemichi van a solucionar todo. - contestó ella luego de un rato.

- lo harán, confío en ellos.

juntamos nuestras manos hasta llegar, pagamos y buscamos algunas flores para el Sano mayor.

- Ena.

- ¿si?.

- te quiero mucho, gracias por estar.

Secreto || Manjiro S. // MikeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora