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Omnisciente

- Izana me envió un mensaje.

- no le respondas.

- ¿qué dijo?, léelo y bloquéalo.

las tres mujeres estaban sobre el teléfono de Rachel leyendo el mensaje de nuestro nuevo personaje: Izana Kurokawa.

Izana

"veamonos hoy en la tarde
frente al mar"

- no vayas, tonta. - Ena arrebató el móvil al ver que su dueña le estaba escribiendo. - menos le responda, si te quiere ver, que sea bien hombre para ir a tu casa o llamarte.

- tienes razón, bloquéalo. - Yuzuha estiró sus falanges hacia el celular ejecutando sus palabras. - la cabeza me duele como la mierda.

- bebieron mucho, se acabaron todo el vodka. - Ena como responsable de ambas, guardó las botellas en la mochila ajena antes de dormir.

- gracias por el desayuno, Ena, está delicioso. - el aura de la chica triste ahora rebosaba tranquilidad y alegría, como si nada hubiera pasado. - no iré, ya lo superé.

- ¿tan rápido?.

- sí, aprovechen y elimínenlo. - partió su waffle para comer con suma paz. sus amigas se miraron sorprendidas, risueñas y contestas, habían logrado su objetivo en poco tiempo.

sin rechistar acataron la orden y volvieron a desayunar tranquilas, hoy toda la familia Miyazaki había ido a trabajar, por lo cual, la única ama de casa ahora era Ena.

comieron, se lavaron y ordenaron la habitación para luego salir a dar una vuelta.

mala idea, el sol y la borrachera eran una pésima combinación.

- compremos unas gafas de sol, por favor... - suplicó la colorina adentrándose a una tienda.

- buenos días, ¿en que las puedo ayudar?. - dijo un trabajador, era jóven y ante los ojos de Rachel, apuesto.

- andamos buscando gafas de sol.

- vengan, síganme.

las tres hicieron caso y se probaron diversos lentes en poco tiempo, hoy Rachel se auspiciaría y compraría todo.

- disculpa, te me haces conocida. - le dijo refiriéndose a Ena, la cual seguía con los lentes.

- ¿ah, si?, mira tú.

- si, ¿cómo te llamas?

- Miyazaki.

- ¿Ena?. - la nombrada bajó un poco sus gafas para observarlo y volver a subirlas rápidamente. - ¡que coincidencia!, Rindo me dijo que te había visto ayer.

- wow, que bien. - giró su cabeza pidiendo ayuda a sus amigas.

- ¿cuánto sería?. - preguntó Rachel con tarjeta en mano.

- gratis, se los pagaré yo, lindas. - le guiñó un ojo. - ¿cómo te llamas?.

- ¿y-yo?, em, Rachel. - tartamudeó.

Secreto || Manjiro S. // MikeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora