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Ena


-Cof cof. - Nos separamos rápidamente ante la presencia de alguien. - Mikey, uhmm...

-No viste nada, Hakkai.

-Bien, gracias. - Manjiro acomodó su pantalón y aclaró su garganta. - Uhm, los de Roppongi están fuera, dicen que...

-Sí, deja pasar a los que quieran, hoy todos somos amigos. - Lo observé de reojo. - Sólo no bajen la guardia.

-¿Estás seguro...?

-Claro que sí, mientras yo esté presente ninguno se atreverá a pasarse de listo.

-Bien, sólo eso, adiós.

Dejamos que se alejara e intercambiamos miradas, ambos queríamos estallar de la risa.

-No hagamos eso en público nunca más, imagínate hubiéramos estado peor. - Regañé luego de un rato, aunque no hubo caso, ambos terminamos riéndonos.

-¿Le viste la cara?, ¡no sabía cómo reaccionar!. - Manjiro reía mientras volvía a apegarse a mi. - ¡Jajaja, que divertido!

-"Mikiy viinin lis hirminis qii higii". - Lo imité a modo burla, no dejaba de mostrar su dentadura albina y recta como tampoco dejaba de apretar sus ojos.

-Hakkai es un chiste, ¿no crees?. - Secó una lágrima sonriendo.

-¿Quiénes son esos hermanos, eh?. - Mis manos volvieron a su cuello jugueteando con un poco de su cabello.

-Son de otra pandilla, pero no nos superan, obvio. - Me dio un beso de pico. - ¿Por?, ¿quieres ir con ellos?

-Si son guapos, quién soy yo para negarme. - Blanqueó sus ojos riendo. - Uy, Sano...

-¿Qué?. - Agaché la mirada hacia aquel bulto que sentí cerca de mi entrepierna. - Así me pones, Ena.

-Pervertido. - Lo alejé un poco de mi.

-¿Qué esperas?, soy hombre y estoy besando a una chica bonita, está más que claro que reaccionaré así.

Negué con mi cabeza. No me incomodaba, pero era extraño, nunca me había pasado esto.

-¿La otra vez no te diste cuenta?

-¿Cuándo?.

-Cuando me echaste, ¿recuerdas?. - Acarició mis manos. - Bueno, cuando estábamos en tu recámara también pasó esto.

-Es un pervertido, señor Sano.

-Como si no te gustara... - Ladeó su cabeza.

-Mikey, ¿sabes dónde está el baño?, Rindo está que se mea. - Un trenzado volvió a aparecer. - Hola.

-Sigue el pasillo de al lado hasta el fondo y ya. - Manjiro suspiró.

-Gracias, suerte. - Alzó su pulgar yéndose.

-¿Alguien más?. - Gritó al aire. - Sigamos con esto en otra parte.

Salimos de la cocina disimulando que no pasó nada hasta el núcleo, ya habían algunos borrachos tirados ahí y se comenzó a sentir olor a marihuana.

-Ena, ¿dónde estabas?.

Miré al chico de aro negro, se veía preocupado.

-Oh, estaba en el baño, tranquilo.

-¿Se conocen?. - Mikey tomó mi mano.

Repito, Manjiro tomó mi mano.

-Hace unos minutos, ¿por?. - Le respondí, él sólo se dedicó a asentir.

Secreto || Manjiro S. // MikeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora