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El Festival de Corea se realiza año tras año, celebrando la prosperidad nacional y de la familia real. Era mi primera vez presenciandolo y me encantaba. Las decoraciones en morado, la música tradicional y las vestimentas... todo era maravilloso. Miré los atuendos del harem y cada uno era glamuroso a su estilo: la Reina Madre iba completamente de azul, la Reina de dorado con verde, las concubinas con amarillo, rojo y naranja; el mío era blanco con lila y pequeñas perlas cocidas. En cambio, el Rey vestía su traje completamente blanco junto con sus Caballeros militares con armaduras del mismo color, mientras saludaba a los ciudadanos.

Justo cuando comenzaba a buscar a mi familia, una cabellera rubia y otra rosa  venían corriendo -¡SEONGHWA!

Los abracé -¡Que bueno que vinieron!

Jimin fue el primero en responder -No nos perderíamos tu primer Festival Nacional como Rey.

-Exacto, estarías incompletos sin nosotros- agregó Jeonghan.

-Es verdad. Pero ¿dónde están mi cuñado y mi primo?

-Están comprándolos juguetes y dulces a Tae Tae. Nos divorciamos de ellos unos minutos -los tres reímos.

-Nadie te cree eso hermano. Por cierto, me encanta tu nuevo tono -le dije admirando el rosa viejo de sus mechones.

-¿Viste que le queda re bien? Yo se lo hice -presumió el rubio.

-Mi cabello es algo, pero tú mi Rey, estás que ardes.

Le dí un leve codaso -Habla más bajo. La gente te escuchara.

-Que escuchen. Eres el Rey Consorte de Corea y eres hermoso.

Negué ante el carácter de mi hermano mayor y decidimos comenzar a mirar los puestos de artesanías. Mientras ellos se concentraban en unas telas, yo me fijé en unas joyas al otro lado de la calle.

-Rey -hizo una reverencia el comerciante.

-Es un hermoso trabajo. ¿Los haces tu mismo?

-Así es, puede ver lo que quiera.

Le sonreí y comencé a admirar tales objetos, hasta que mi atención fue capturada por uno en especial. Era un adorno para el cabello que combinaba perfectamente con mi corona.

Cada detalle estaba perfectamente fabricado y gritaba mi nombre

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Cada detalle estaba perfectamente fabricado y gritaba mi nombre.

-¿Lo quieres? -miré al dueño de esa pregunta y me encontré con el Rey. De inmediato, escuché el saludo del hombre tras la mesa.

-Es muy hermoso, creo que quedaría perfecto en -dijo con suave voz.

-¿Usted cree?

◇SOY TU REY◇  HonghwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora