Nunca pensé que a mis 26 años estaría caminando por los pasillos del Palacio de Corea, con una corona en la cabeza y docenas de personas inclinadas. Mi séquito imponían como yo. Yunho y Mingi, de casi dos metros, armados y listos para matar. Wooyoung detrás de mí acompañando a los príncipes y princesa.
Me estaba dirigiendo hacia el Rey, llevaba a los niños y, aun que no hablaramos, yo podría verlo de lejos. Mi estado de animo era excelente este día, hasta que llegué a mi destino.
La Concubina Ji estaba tirada sobre su Majestad, al parecer desmayada. Él intentaba desesperadamente despertarla así que yo también me preocupé.
-¿Estás bien, Ji Hee? -me acerqué a ellos.
-Me la encontré aquí cuando iba saliendo y se desmayó de repente. -dijo con tono intranquilo el pelinegro.
La miré pero su color estaba bien y su temperatura también. -Debe estar muy enferma. Woo, llama a los médicos para que la traten.
Antes de que siquiera él respondiera,la nombrada despertó mágicamente. -Ahh, Su Majestad. ¿Qué me pasó?
Esa voz fue fingida. Que extraño.
-Te desmayaste Ji Hee ¿cómo estás? -le pregunté.
Su mirada se mezcló por un segundo con ira o desagrado, no pude ubicar bien cuál fue -Solo me sentí mareada por un minuto. Ya estoy bien.
-¿Segura? Dejemos que los doctores te vean.
-¡NO! Digo, no hace falta mi Rey. -se paró como si nada -Si me disculpan, tengo algunas cosas que hacer.
En ese momento me odié por odiarla. Y ¿por qué la odié? Sencillo: Hongjoong se había cortado la mano al sujetarla cuando se cayó. Pero no estaba bien que yo tuviera tal actitud, más si a ella realmente le ocurría algo grave. Dejé de pensar en eso y traté de curar la pequeña herida de mi esposo, pero él la rechazó.
Abrazando a los niños, se puso a jugar y charlar con ellos. Sonreí feliz al verlos pero el pinchazo en mi corazón se hacía más presente ante su completa indiferencia. Si él solo supiera que lo único que busco es apoyarlo, que lo extraño y me muero por abrazarlo.
Me alejé de sus aposentos dándole el momento con sus hijos y no volví hasta desahogarme por completo. Ya era de noche al volver y los menores dormían plácidamente en los sillones. Hice que San, Yunho y Mingi los cargaran hasta mi pabellón y Woo llevaba sus libros, pinturas y computadora. Juro que estaba por irme pero antes tenía que preguntar.-¿Está su mano bien? -miró la línea roja en la misma.
-Perfectamente. Puedes retirarte.
Ese tono helado de nuevo.
-Es un alivio. ¿Se divirtió con los niños? -le sonreí levemente.
Suspiró -Claro que sí. Eres libre de irte a descansar.
Al darme la vuelta, el dolor en el pecho me causó incomodidad.
-Solo quiero saber cómo está. ¿Usted está siendo sincero?
Levantó una de sus cejas -No importa que no sea sincero. Aún así, no debería preocuparte mi estado.
-Claro que me preocupo por Su Majestad.
-No es necesario que lo hagas. Retírate.
Mordí mis labios tratando de contenerme -¿Podría, solo por una vez, tratarme bien?
Su mirada al girar aterraría a cualquier persona, pero no a mí, no hoy. -Siempre te he tratado bien Seonghwa.
-Si, me ha tratado con respeto. Como si estuviera tratando con cualquier ciudadano.
-¿Y cómo debería hacerlo? Soy el Rey.
Exploté -¡Y YO TU ESPOSO!
Nuestros ojos se encontraron, peleando por el control del otro.
-No deberías serlo -pronunció gravemente.
Mi corazón dejó de latir -¿Cómo dice?
-Seonghwa, creo que estamos cansados. Deberías volver a tu habitación.
Si creía que con eso se iba a librar de mi, estaba muy equivocado.
Me acerqué y lo tomé del cuello de la camisa -Si, tiene razón. Estoy cansado, agotado a decir verdad. Por que el hombre que amo me odia al parecer.Su expresión se suavizó -¿A qué te refieres?
-¿Cómo puede ser que ignore por completo mi existencia? ¿No se dá cuenta de cuánto extraño su compañía? -mis ojos se comenzaron a llenar de lágrimas -Todo mi ser anhela al suyo.
Los segundos que nos quedamos en silencio fueron como años de tortura.
-Lo siento, solo que no puedo arruinarle la vida a nadie más -confesó con voz quebrada.
Lo miré estático -Mi Rey...
-Yo me casé con la Reina a joven edad. Ella pasó su juventud entre estas paredes, dándome hijos y acompañándome en la gobernación. Lo cansada que debió estar y aún así siguió. Además, tuve 3 concubinas, agregándole el cuidado del harem. Ella desarrolló esa enfermedad en frente mio y ni siquiera lo noté. Tú... entiende que yo la maté. No puedo hacer eso contigo también.
Las lágrimas resbalaban por sus mejillas y su nariz se pintaba de rojo.
-No conocía bien a Su Majestad. -me miró- La Reina no tenía quejas, no tenía arrepentimientos ni rencores. El amor y la alegría que compartía era por que lo traía desde su corazón. Ella se casó con usted por que quería hacerlo, se quedó aquí por que quería y tuvo tres bellos niños con usted por que quería. Si ella hubiera sido infeliz ¿hubiera tratado a todos con amor? Claro que no -tomé su rostro -Usted siempre la cuidó, siempre la trató muy bien y trabajó duro para darle una familia estable. Yo sé que la Reina amaba su vida, por que me enseñó a amar la mía también.
-¿Dices eso para consolar al Gobernante?
Sonreí -Solo le digo la verdad a mi esposo.
-La Reina, me dijo algo más cuando me contó sobre su enfermedad. -le presté mucha atención -Me dijo que cuidara a la fuente de mi felicidad. Es por eso que tengo que cuidarte, Seonghwa.
-¿Yo, lo hago feliz?
-Tú me dás vida.
Mi sonrisa se hizo evidente.
-Pero, no puedo darte lo mismo. Me conoces, no soy mucho como persona. Tengo miedo de apagar tu luz.
Dios, no permitas que piense eso.
-Hongjoong, tú eres mi fuente de luz.
Nuestras miradas se unieron, nuestros corazones se unieron, nuestras almas se unieron...
-Te amo desde el día en que me choqué contigo.
-Te amo desde el día en que te ví a los ojos.
Como si fuéramos adolescentes, nos confesamos mutuamente.
Por primera vez en meses, nos abrazamos. La sensación de pertenencia que sentí entre sus brazos fue inexplicable. Esa calidez, ese contacto humano primario y ese delicado pero familiar perfume entrando por mis fosas nasales.... fueron todo lo que estaba bien.
ESTÁS LEYENDO
◇SOY TU REY◇ Honghwa
Fantasy-"Seonghwa, te he tratado bien siempre." -"Si, me haz tratado con respeto.... como si solo estuvieras tratando con un ciudadano más". -"¿Y cómo debería hacerlo entonces? ¡Soy El Rey!" -"¡Y YO TU ESPOSO!" Dónde Seonghwa es el segundo esposo del Rey...