◇SOY TU REY◇ Honghwa

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-Podemos ir despacio -con la mirada acepté y él se incorporó para quitarse la túnica real -Hay una forma de poder liberarnos. ¿Me permites?

-Si -apenas dije eso, él atrajo mis piernas hacia él. Separándolas, se colocó en el medio. Siguió besándome, hasta encontrarse con uno de mis pezones y chuparlo. Ahogué un gemido y los bellos de mi nuca se pararon. Pareció haberse deleitado con mi reacción -Mi bello Seonghwa -dijo sobre mi piel desnuda.

Mis manos fueron a parar a su cabeza y él amó esa acción. Al llegar a mi pantalón, me miró fijamente y sonrió. Puedo jurar que nunca había visto sus orbes tan oscuros. Con una lentitud que quemaba, bajó el cierre y me arrancó la prenda sin decir más. Traté de cerrar mis piernas como reflejo -Seonghwa, solo estamos tu y yo en esta habitación.

Mirándolo, fui abriéndolas de nuevo y su mirada se colocó directamente en mi pelvis,lo que envió electricidad por todo mi cuerpo. Acercó su rostro a mi erección y, sin previo aviso, lo engulló. Pegué un grito en el cielo, estaba seguro de que hasta los guardias afuera habían oído. Con vehemencia, comenzó a chuparlo, provocando los sonidos más obscenos que había escuchado en mi vida. Mis dedos se enredaban con su cabello y mis piernas temblaban. Su ritmo fue subiendo hasta que mis ojos se nublaron y, después de varias succiones, no pude aguantar y terminé viniéndome. Sentí que se me iba a salir el corazón, mi respiración era agitada y mi cuerpo aún temblaba. Lo miré y me asusté cuando vi como se quitaba restos de semen de la boca.

-Ay, Dios mio. Lo siento tanto -me estiré hasta tomar unos pañuelos de la mesita de luz -¿Cómo pude....

Antes de que se lo limpiara, llevó tales dedos a su boca y los chupó. Me quedé inmóvil y me susurró -Eres delicioso Seonghwa.

No salía de mi asombro todavía cuando él volvió a apresar mis labios. Iba a ser una larga noche.

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Los invitados comenzaban a llenar la sala y la música de los violines ambientaba a la perfección. Cuando todos habían llegado, la ceremonia comenzó.

-¡REVERENCIA A LOS PADRES!

La pareja lo hizo.

-¡AL CIELO Y A LA TIERRA!

Sonreí al verlos, me traían recuerdos. Hace 1 año que me había casado pero se sentía como si hubiera sido ayer.

-¡EL UNO AL OTRO!

Miré instintivamente al Rey, quien estaba sonriendo de igual manera al ver a su hermano menor casarse. Sus ojos se hacían una fina línea y no pudo parecerme más tierno. Cuando anunciaron al nuevo matrimonio, los aplausos se hicieron presentes para recibirlos.

La noche estaba yendo de maravilla, más teniendo a Jeonghan a mi lado. -No sabía que S.Coups era amigo de Yeonsang.

-Sip, se conocieron en la secundaria y mantuvieron el contacto desde entonces. Sin embargo, el Duque enfermó así que su hijo no pudo asistir a nuestra boda. Pero ¿recuerdas el cuadro enorme que pusimos en la sala? -asentí -Lo envió él de regalo -Me quedé con la boca abierta, había olvidado lo talentoso que era como artista.
La hora del baile comenzó y mi rubio hermano me dirigió a la pista. Uno se sorprendería de ver como todo título se olvidaba en este momento. Reí al ver como Jeonghan sacaba los pasos prohibidos y su esposo lo grababa desde atrás.

-¿Me haces el honor? -me dí vuelta y me encontré con la ya conocida mirada.

-Con gusto mi Rey- le contesté y él me tomó de la cintura.

Nuestros pasos eran lentos, casi románticos -Me recuerda a nuestro primer baile -me dijo.

-Lo mismo pensé. Creo que era una canción parecida a esta.

-Sí, una melodía tradicional de Corea. A decir verdad -hizo una pequeña pausa -me estaba muriendo de los nervios ese día.

Mis ojos se agrandaron -¿En serio?

-Si, y te pregunté si tú lo estabas para no sentirme el único.

-Pues, no lo eras. Yo estaba igual -nos reímos -Aún así, fue lo más lindo poder sostener tu mano durante el baile.

Apoyando su frente en la mía, continuamos el ritmo. Por un momento, le robamos el centro de atención a los recién casados. Muchos nos miraban felices, incluidos los mismos novios. Pero otros, tenían un sentimiento muy diferente.

Cuando terminó todo, mis pies me dolían. Así que apenas me bajé del auto, miré a Yunho y Mingi haciéndoles "Shh' con los dedos a lo que ellos asintieron. Woo me ayudó a quitarme los zapatos y por fin me sentí libre al caminar descalzo por la hierva. Iba feliz balanceandolos mientras tarareaba una canción.

-"You get Deja Vuuuu" -cantaba. Menos mal que el camino hacia mi pabellón estaba vacío. Las concubinas habían vuelto antes con la Reina Madre y la Reina y ya no había trabajadores despiertos.

-Mi señor, hoy está muy alegre -me dijo Wooyoung. Yo me reí y seguí hasta la entrada. Me despedí del "Yungi" como les digo yo y de Woo, entrando directamente hacia el baño. Al terminar de ducharme, me senté en frente del espejo y guardé la corona que había dejado allí anteriormente. Pero, al abrir los cajones, encontré el velo de mi boda. Lo tomé y acaricié... era hermoso.

-¡MIERDA! -salté al escuchar un grito. Cuando me dí la vuelta, un pelinegro estaba arrodillado al lado de la ventana.

-Mi Rey ¿está bien?

Él se incorporó rápidamente -Sí, perfecto.- si supiera que sus expresiones no decían lo mismo.

-¿Entró por la ventana acaso?

-Sip, definitivamente -contestó divertido.

-Pudo haberse lastimado muy mal.

Me abrazó -No te preocupes, solo quería jugar contigo -sonreí al escucharlo.

-Siéntese, le traeré hielo para su rodilla -le indiqué y salí a pedírselo a Woo. Cuando volví, estaba con el velo en las manos.

-Ah, de repente me lo encontré -dije con timidez. Sonriendo, se acercó a mí y me lo colocó sobre la cabeza.

Lo miré confundido -No pude levantarlo ese día -fue quitándolo despacio- así que ahora somos oficialmente un matrimonio.

Me quedé inmóvil, procesando lo ocurrido. Su sonrisa de luna le llegaba a los ojos y nuevamente me derretí.
Sus ojos se achicaron cuando lo besé sin avisar. Fue un beso limpio, gentil y lleno de amor.

Quise alejarme y me atrajo nuevamente a él.