La tierra tembló mucho más que antes y el suelo se partió en dos. El fin estaba a la vuelta de la esquina.
Antes de que pudieramos irnos a esconder, otro temblor agitó el refugio.
Las tres salimos desesperadas del hueco y nos apoyamos en la pared más cercana. Me sostuve con fuerza de la mano de mi mamá y solo me restó esperar.
Las grietas surgieron a mitad del tunel y parte de las rocas cayeron desprendidas, lo que hizo caer a mi tía de espaldas.
El mundo sufrió de un horrible sacudón de tan solo unos segundos.
Y luego se calmó.
—¿Están bien? —nos preguntó la tía Mirabel y se puso de pie.
Ambas asentimos todavía temerosas.
—¡DOLORES, MALDICIÓN! —volvió a gritar el tío Diego en la superficie.
Un escalofrío recorrió mi espalda. No sabía qué hacer. Ellos estaban ahí.
—Okay, esto no es bueno. Voy por el tío Bruno, debe llevarse la Vela —dijo ella alterada—. Ustedes terminen lo más rápido que puedan y hay que accionar las trampas. Nos tenemos que esconder.
—De acuerdo —acepto mi mamá—. Ten cuidado, ¿sí?
Mi tía le sonrió, asintió con la cabeza y salió corriendo hacia el refugio.
Mi mamá invocó nuevas plantas que cubrieron la trampa a velocidad. Dejamos todo preparado en menos de cinco minutos.
—Listo, Lau. Salgamos de aquí.
—¿Cómo llegaron tan rápido? —pregunté asustada—. Creí que la tía Dolores los distraería más...
—Yo... No lo sé... —contestó confundida—. Eso no importa ahora, vámonos.
Me tomó de la muñeca y me arrastró fuera del túnel, necesitaba que volvieramos al refugio.
Sabía que estaba muy consternada por los temblores, pero mi mente solo estaba centrada en un tema que relacioné al instante.
La foto.
Las únicas personas que habían subido esa montaña en el pasado eran la tía Mirabel, el tío Bruno, la tía Dolores y papá Agustín.
Si a la tía Mirabel no se le había caído esa foto y el tío Bruno no la llevó, entonces...
—Fue la tía Dolores... —deduje en voz alta y mi mamá giró a verme.
—¿Qué?
Las piezas se comenzaron a acomodar en mi cerebro.
La tía Dolores solía dejar cartas y objetos en la cumbre del monte. Pero en un momento paró. En un momento la descubrieron.
O quizás...
—Ella quiso venir aquí.
—Laura, ¿de qué estás hablando?
—¿Es que no lo ves, ma? Algo está mal en esto.
—Sí, el Encanto está a nada de destruirse y la abuela está en la montaña.
—¡No, no sobre eso! —renegué y me detuve. Eso la hizo parar—. Ma, analízalo. Eso explicaría la tela azul. ¡Tendría todo el sentido del mundo!
—¿Cuál tela azul?
—Luego te cuento. El punto es que la tía Dolores también quiso huir de casa alguna vez —dije en voz alta—. Salió a escondidas, trajo la foto y se le cayó, subió hasta aquí, rodeó la montaña y encontró la salida. Entró por ahí y se perdió un rato. Por eso dejó las marcas. Probablemente se rindió y tuvo que regresar. Aún hay huecos que no entiendo en mi teoría, pero... Tendría sentido.
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✨No se habla de Mirabel✨ || Encanto AU
FanfictionLaura Madrigal nunca ha tenido un don. Sus tíos y primos le han contado que existió una época en la que cada miembro de la familia recibía un don mágico al cumplir los cinco años y que la casa solía estar llena de vida. Pero un día todo cambió. Nad...