28. La Salida

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Si quieres obtener respuestas de un caso, debes conversar con el sospechoso principal.

Y, según Roberto, cada conversación con ese sospechoso debe tener un propósito: conseguir información.

Sea cuál sea tu método, esa conversación debía ser valiosa e importante.

Si esa conversación cumplía con su propósito, era más que suficiente.

Y eso era lo que yo planificaba hacer en mi camino por los túneles en busca de la salida.

El tío Bruno era el sospechoso principal. Y el tema a tratar era esa visión que nos ocultaba.

Sabía que nos estaba ocultando algo, y yo lo iba a descubrir.

—¿Preparada, Lau? —me preguntó él.

Estábamos parados delante del túnel que salía del refugio. Ni la tía Mirabel ni él lo habían investigado antes.

Era oscuro, frío y posiblemente peligroso. Pero no había marcha atrás.

—Lista —contesté, abriendo mi libreta y sacando mi lápiz—. ¡Vamos!

Ambos inhalamos profundamente y dimos un paso adelante. Era hora de la búsqueda.

El tío Bruno llevaba la linterna, y yo era la cartógrafa temporal. Debía encargarme de dibujar el recorrido que hacíamos.

En mi mochila llevábamos unas cuantas telas cortadas, esas iban a ser nuestras marcas. Y también sogas, en caso no recordemos bien el camino de regreso.

Iba a ser un largo recorrido por un túnel oscuro, solos los dos, no tendría escapatoria de mis preguntas.

—Entonces, tío... ¿Quieres charlar? —dije, avanzando un poco más para alcanzarlo.

—¿De qué?

—No sé, de cualquier tema. El tiempo se va volando cuando conversamos.

—Sería mejor concentrarnos en el camino, Lau. No vaya a ser que por hablar nos perdamos.

—Ya, ya. Estaré concentrada —acepté—Pero debo decirte que, de todos mis tíos, tú eres mi favorito. Y creo que puedo contarte lo que sea y que tú puedes contarme a mí lo que sea.

—De acuerdooooo.

—Hablo de lo que sea. Cómo, no sé, sobre alguna visión por ahí que no hayas mostrado o...

—Eeehhh. No me gusta hablar de mis visiones. Son de mala suerte.

Primer intento fallido, pero no podía tirar la toalla.

—Entiendo, pero... Somos una familia. Y en las familias no nos guardamos secretos, menos en situaciones de crisis ¿cierto?

—Pues en eso tienes razón. La honestidad es fundamental.

—Entonces... ¿No hay nada que me quieras decir? ¿Nada de nada?

Él apretó los labios y lo reflexionó un rato. Parecía estar a punto de hacer una confesión importante cuando dijo:

—Bueno, ya que insistes, podría contarte de mis teorías sobre el final de "La oculta pasión de Esmeralda". El asunto está muuuuy complicado.

—¡¿Qué?! —pregunté confundida—. No entiendo qué tiene que ver con...

—Espera, espera. Te explico —me interrumpió él emocionado—. Lo que pasa es que Esmeralda González es millonaria, pero quiere que alguien la ame por quién es. Así que se hizo pasar por una sirvienta en la casa de los De la Vega, dónde atiende la malévola María. Y la cosa es que se enamora de Aureliano, que aparentemente era un sirviente más. Pero resulta que es medio hermano de María de la Vega de parte del padre...

✨No se habla de Mirabel✨ || Encanto AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora