/EDITADO/
Sus pasos secos retumbaron como ecos en la penumbra del pasadizo de paredes gruesas y luz artificial. Su respiración calmada acentuaba la apacibilidad de su lobo, mientras sus manos giraban la llave de la puerta que resguardaba su más grande tesoro.
La habitación se mantenía cálida a comparación de la fuerte tempestad que azotaba las paredes externas de su dominio. Sus ojos de un profundo dorado, signo de su pureza, recorrieron fijos el reducido espacio en busca del hijo de la Diosa Luna.
La luz de las casi extintas llamas de la chimenea no llegaban a alumbrar toda la extensión de la estancia, generando que en los rincones del fondo, la oscuridad cubriera a Seokjin en un intento por protegerlo de su verdugo.
Donghyun alzó sus labios en una sonrisa de lado, al percibir el miedo disipado como perfume entre las cuatro paredes de la habitación.
—Acércate —demando el líder, cruzado de brazos sobre su pecho fornido, ataviado en una delicada túnica de marta siberiana e hilos de oro.
Seokjin destenso su cuerpo encogido y se incorporó con letargo de su escondite. Temeroso, salió de la oscuridad que lo cobijo en sus brazos y le susurró palabras de consuelo, y se envaró a una distancia prudente del alfa que le doblaba en estatura y corpulencia.
Para Donghyun era inevitable no sentir un fuerte estremecimiento cada vez que sus ojos mortales chocaban con la divinidad de esos iris zafiros tocados por el cielo, que combinados con la piel blanca de porcelana y la cabellera dorada heredada por el Dios Sol, conformaban una belleza inefable.
En ese momento, Donghyun volvió a rememorar las palabras de su consejero y su afirmación segura.
"Un omega índigo".
Sus pensamientos se centraron en esa única oración, mientras su vista recorría la delicada figura que resplandecía bajo la delgada túnica, gracias a la luz del fuego.
Un omega. Mi omega.
Cortando el espacio que los separaba, el alfa agacho su cuerpo, quedando a la misma altura del cachorro que lo miraba con miedo. Su respiración calmada chocaba con la agitada respiración de Seokjin. Sus ojos no se negaron a contemplar más de cerca la hipnotizante belleza a su merced y sus dedos, no se negaron a tocar la piel que le producía excitación y deseo.
—Juntos formaremos grandes cosas, cachorro. —susurró con lasciva, olfateando muy de cerca la suave mejilla del perturbado rostro que lo observaba.
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INDIGO (Namjin) /COMPLETA/EDITANDO
FanfictionHay quienes afirman que nuevos seres Indigo serán concebidos dentro de la nueva generación de cambiaformas. Se ha sostenido que los cachorros Índigos nacerán con una característica particular, su aura de color azul. Una energía que su cuerpo emanara...