CAPITULO 9

473 86 8
                                    

El gris del cielo amenazaba con una nueva tempestad de nieve, la noche había sido larga, con vientos huracanados y el frio estremecedor. 

Juhyun se cubrió con la misma capa que el alfa le tendió cuando fue a su encuentro en el bosque frio, la prenda era caliente y gruesa; le serviría para mantener la temperatura de su cuerpo. Soltando un hondo suspiro, viro su mirada a la vieja madera quemada que la mantenía aprisionada por varias lunas. Cuando llego al pueblo fantasma, apresada bajo el dominio de su verdugo. Cayó en cuenta del lugar donde se encontraba. El Clan Kim.

A pesar de haber vivido toda su vida en la ignorancia de lo que ocurría dentro de los limites del Clan del Norte, no era nesciente de lo que ocurrió hace once años. Un nuevo hito de victoria, fue declamado y cantado en honor al Líder Jeon Hyunsuk. El vencedor del trono del invierno

Toda la algarabía que se vivió por meses, a expensas del sufrimiento de otros. Le demostró del podrido mundo en el que se desenvolvían. El juego de poder entre Clanes, había condenado la vida de cientos de inocentes. El sentimiento de tristeza la hundió más, cuando encontró dos lobos tallados en madera hacia días atrás. Los dueños de los objetos debieron ser dos cachorros, sumergidos en la utopía de sus inocentes ilusiones sin ser conscientes de su cruel destino. 

Soltando otro hondo suspiro, arranco un trozo de su falda. La reserva de alimento que sigilosamente oculto del alfa, serviría para alimentarla durante el tiempo que le tomaría llegar a su hogar. Namjoon y su abuelo seguro estarían muy preocupados por su desaparición. Necesitaba verlos. 

Abriendo la puerta, que difícilmente cedió ante los constantes forcejeos durante los días de su reclusión, salió alerta ante cualquier amenaza que ofuscara su objetivo. El silencio combinado con los silbidos del viento frio, la acompañaron por varios metros hasta visualizar el umbral del majestuoso bosque de coníferas.  

Los copos blancos caían con ligereza por sobre la capucha de su capa, sus botas de piel de oveja, se hundían con facilidad por el manto grueso de nieve, imposibilitando apresurar su huida. El sendero rodeado de tallos altos y raíces profundas, fueron cediendo hasta llegar al claro que ocultaba las entrañas del bosque frio. Su ojos captaron algunas sombras oscuras y su olfato percibió el aroma dominante de un alfa puro, su instinto la llevo a ocultarse bajo un tupido arbusto de espinas. 

—Habla. — La voz dura del alfa, interrumpió el corto silencio en el que Taemin se sumió tratando de soportar el dolor de sus heridas. Sus rodillas tocaban el suelo y sus manos empuñaban con fuerza la fría nieve, alterando la circulación de su sangre. 

—Los guardias debían permanecer en el exterior, cubriendo su posición. Fue una orden del general. No se-no se porque el alfa apareció junto al primogénito de Jeon Hyunsuk. No debía suceder así... —pronunció con dificultad, el alfa menor. Su costado palpitaba, por la herida profunda que atravesaba su piel. La sangre había empapado sus pantalones hasta la rodilla, tiñendo a su paso la blanca nieve de carmín.

—¿Reconociste al alfa?—cuestionó Taejeon, ubicado un paso tras su Líder.

Taemin alzo un poco la mirada y sus dilatados iris chocaron con los oros del contrario. 

—No es un soldado, nunca lo vi en entrenamiento... —su voz dudo en continuar. Él conocía la identidad del alfa, nunca olvidaría el rostro de quien considero alguna vez una amenaza. 

Donghyun intercepto la duda de su súbdito y destello mas sus iris, sometiendo al alfa de menor rango.

—Quien es el alfa. Responde.

Taemin se encogió en su sitio y empuñó mas la nieve de sus manos, hasta volverlas moradas. Sus instintos reaccionaron rápidamente a la orden del Alfa de rango superior, sin tregua a refutar.

INDIGO (Namjin) /COMPLETA/EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora