CAPITULO 19

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El humo ennegrecía el cielo, se alzaba serpenteante sobre el fuego, con dedos de hollín que manchaban las estrellas. En medio de la intemperie, a los pies de los colmillos de hielo, una línea de llamas ardía sobre sus muertos, purificando su alma y desprendiendo su forma terrenal para llegar más rápido a su destino. 

El aire tenia sabor a ceniza, dolor y desconsuelo; con la frágil nevada descendiendo como lágrimas solidificadas de la Diosa Luna. Namjoon se sentía mareado, casi febril. Aun si su cuerpo se hallaba de pie junto a los miembros de su manada, su mente y sentidos se encontraban sumidos en un pozo de incertidumbre y desazón.  

Habian transcurrido varias horas desde que cayó de rodillas sobre el manto blanco de nieve, a los pies del vació y el dolor que arremolinaron su pecho. No se dio cuenta en que momento su hermano llegó a abrazarlo, con solo la mitad de los sobrevivientes de su Clan. Una parte de su corazón se sintió ligero, pero la otra parte aun se mantenía vacío y más con la afirmación que estrujo su pecho y bañaron sus mejillas de lágrimas saladas. 

"Se lo llevaron" habían sido las palabras de Taehyung. "Seokjin se negaba a abandonar la manada junto a los omegas y cachorros, alegando que necesitaba advertir a alguien, que estaba solo. Muto a su lobo y corrió en dirección al Sur. No pude detenerlo."

¿A quien querías proteger aun a costa de tu vida?

Era una de las tantas interrogantes que llenaban sus pensamientos, mientras el calor de las brasas acariciaban la piel de su rostro. Un hilo de suspiros brotó de sus labios, habían sido muchas emociones en solo instante y sentía el peso de ellas querer derribarlo. 

—Namjoon —susurró Hoseok, dándole un apretón en el hombro derecho—Hay algo que necesitas ver. 

No hubo respuesta por parte del alfa. Namjoon camino en silencio, con la brisa nocturna ondeando la piel de su capa y el crujir de la nieve bajo sus apresurados pasos. 

Taehyung lo esperaba en el umbral del cuarto de reuniones, con un leve asentimiento, abrió la puerta de caoba. De rodillas, con las manos atadas tras su espalda y emitiendo un nauseabundo olor a azufre y sangre, se encontraba Dowon. En una primer impresión Namjoon no pudo reconocerlo por las costras secas que ocultaban su rostro, como una mascara de piel muerta; pero cuando los ojos de fuego chocaron con los avellanas de Namjoon, los recuerdos de quien fue su general cuando solo era un cachorro recién presentado inundaron su mente.  

—Lo encontramos merodeando por los límites de la manada —espetó Heesoon—Asegura conocerte y pidió hablar solo contigo.   

—Déjennos solos, por favor.

Heesoon, Hoseok, Taehyung y Jungkook, salieron del recinto dejando a Namjoon lidiar con el desconocido.

—Se que me recuerdas—murmuró Dowon.

—Lo hago —afirmó el menor—. Todos creímos que estaba muerto. 

Dowon suspiro inquieto, la postura de su cuerpo provocaba cosquilleos dolorosos a su heridas sin sanar.   

—Espere mi muerte en la soledad de mis tormentos, pero creo que la Diosa Luna se empecino en girar mi destino en otra dirección —curvo sus labios agrietados en una sonrisa efímera—. Ese pequeño omega llegó a mi vida para alterar el curso de mi propósito. 

—¿A quien se refiere? 

—Seokjin —Dowon afirmó, observando la cara de incredulidad en el alfa menor— El pensó en mi seguridad antes de su bienestar, lanzándose directamente a la trampa del lobo.  

Namjoon gruño en ira y se abalanzo sobre Dowon, sujetándolo del cuello con una fuerza inmensurable.

—¿Por que Seokjin haría eso? —cuestionó airado.

INDIGO (Namjin) /COMPLETA/EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora