CAPITULO 8-1

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—No puedo irme —replico Seokjin aquella noche, donde compartía una cena fría bajo la luz artificial de las velas—. No después de la ultima revelación de mi madre.

—¿A que te refieres?—cuestionó Hoseok, observando a Seokjin suspirar y bajar la mirada.

—Hace dos lunas, cuando paso... cuando paso eso... —balbuceo encogido. Hoseok se arrimo mas a su lado y tomo sus manos para reconfortarlo. Conociendo la verdad de ese fatídico día. Seokjin agradeció en silencio el gesto y volvió a exhalar un suspiro hondo, buscando tranquilizar sus emociones—. Yo volví al jardín de la Diosa luna y ella me habló. Mi madre confirmo mi jerarquía. Dijo que de mi nacerá un heredero, con sangre pura y espíritu noble. Un alfa Líder entre los Lideres.  

Hoseok quedo atónico con la revelación, un hilo de frio estremeció sus sentidos y un nuevo peso de inquietud se poso en su pecho. 

—Es por eso que debo quedarme —continuo Seokjin con firmeza—. Mi destino esta marcado y yo obedeceré.

Hoseok soltó las manos de Seokjin y se puso de pie, alejándose de la cama, comenzó a caminar de un lado para otro. Su ceño se encontraba fruncido y sus falanges se apretaban en puños en sus costados. Las negativas en su mente se abarrotaban como niebla azulada en una noche de otoño. No, no, no, no podía. No lo permitiría... 

—Seokjin escúchame —demando el beta. Sus rodillas tocaron el suelo pedregoso y sus manos encontraron nuevamente las contrarias—. Mañana, tu y yo huiremos de esta prisión. El plan ya se encuentra pactado y solo es cuestión de horas para regocijarnos en la esencia de libertad —dijo Hoseok, con un matiz de ansiedad—. No retrocedas, no lo hagas por favor...

—Hyung, si el propósito de mi vida y espiritualidad es engendrar a un heredero que guie a su pueblo a un destino prospero. Yo lo acepto —murmuro, con voz dulce. Buscando tranquilizar al beta que consideraba un hermano mayor. Aunque los sentimientos de su interior luchaban campalmente con el reflejo de sus emociones. 

Hoseok negó efusivamente y se retiro con brusquedad del tacto ajeno. Su respiración se encontraba errática y su cuerpo tenso. Una mascara fría cubrió la expresión de su rostro y encaro a Seokjin.  

—Pues yo no lo acepto —espetó, serio y airado—. Condenar tu vida a un Alfa que ni siquiera puede mirarte a los ojos sin antes asestar un golpe en tu rostro, no merece tomarte como omega y mucho menos engendrar al futuro heredero de los cuatro clanes de la península.  

Seokjin lo observó con el corazón acongojado, el zafiro de sus iris denotaban miedo, angustia y tristeza. Su mascara de impasibilidad se fue desvaneciendo y poco a poco sus verdaderas emociones resaltaron bajo la luz de las velas. 

El conocía las consecuencias de su decisión, pero no podía refutar las leyes de su destino. El Alfa con el que se uniría y engendraría un hijo, debía portar el linaje de los lideres. Un alfa de sangre pura. Un alfa como Jeon Hyunsuk. 

Hoseok notó el cambio de expresión de Seokjin y la encrucijada que le atormentaba. Inhalando el aire frio de la habitación, busco calmar sus emociones y reconfortar al pequeño que buscaba inconscientemente su consuelo. 

—Hmm... Bien, que te parece si replanteamos la revelación de la Diosa Luna —dijo Hoseok más calmado—. Sus palabras mencionan la concepción de un hijo con tu linaje y de un alfa puro, pero no especifica con quien. ¿Qué pasa si tu lobo es quien debe elegir? Si, tú llevaras físicamente la marca. Pero es tu lobo quien se entregara espiritualmente al alfa. No tomes decisiones, sin antes hablarlo con tu omega. Ambos serán uno y juntos compartirán el mismo destino. 

Seokjin lo observo con vacilación y su mente se sumió en un pensamiento profundo. La firmeza de su decisión ahora se mostraba oscilante. Hoseok estudio su expresión minuciosamente, satisfecho con la duda que plantó en el futuro omega. Después de un largo minuto de silencio. Seokjin se animó a cuestionar su indecisión. 

INDIGO (Namjin) /COMPLETA/EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora