CAPITULO 29

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"Veía al viento del oeste desnudar los árboles, las hojas se quebraban al tocar el campo consumido por los vestigios de una guerra sin vencedores. Los ríos teñidos de rojo traían en su cauce cadáveres de todos los clanes y estirpes. Su mirada vagaba por cada rostro moribundo, todos presentaban una expresión de terror, revelando que la guerra había sido el infierno mismo sobre la tierra. Siguió deambulando, buscando una respuesta al vacío que representaba su existencia. Llegó a la entrada incierta y angosta de piedras superpuestas donde antes una muralla enhiesta escudaba un clan entero. Continuo caminando llegando a las escaleras de una ancha y sombría torre secular, torre que el primer líder mando a edificar, y ascendió en compas a la salvaje sinfonía del viento chocante del exterior. La penumbra parecía eterna y sus pasos resonaban como ecos errantes de un alma en pena. La luz volvió a cubrirlo en su brillo y la cima lo recibió como un trono a su Líder. El extenso campo de muerte se subyugó a sus pies, el cielo clamó su nombre y el viento lo coronó en su tempestad. Alzó su rostro en serenidad y su mirada recayó sobre su propio cuerpo flotante, pero en su expresión no había terror, él se veía pálido, frío, en paz. "

Seokjin despertó con la respiración errática y la mente nublada. Llevo sus manos a su rostro y las froto con hondas inhalaciones, buscando despabilar los retazos de su inconsciencia. Los recuerdos poco a poco comenzaron a desfilar en su mente e instintivamente llevo sus manos a su vientre; mientras el miedo comenzaba a ahogarlo en un pozo sin salida. Vago su mirada por la penumbra del recinto que lo rodeaba, encontrándose solo con gruesas paredes de piedra y una pequeña puerta de caoba. Salto de la cama en un santiamén y corrió hacia la única salida de su encarcelamiento, encontrándola cerrada. 

—¡Hay alguien ahí afuera! —grito, colisionando sus palmas en la dura madera. Apoyo su oído en la puerta, buscando encontrar algún sonido del otro lado, pero no había nada. Continuo golpeando y gritando hasta que sus palmas se hicieron rojas y su garganta comenzó a arder. Un leve aroma mermo sus acciones y supo que alguien se aproximaba hacia la puerta. Los sonidos en la cerradura, lo hicieron retroceder cuatro pasos y sus brazos rodearon impulsivamente su vientre, escudando a su cachorro en gestación. El chirrido desapacible lo puso en alerta y pronto un cuerpo pequeño aureolo bajo la luz de una lámpara de aceite.

Era un cachorro no presentado, pero con un atisbo de aroma y apariencia que gritaba omega.

—¡Oh! —se sorprendió el menor al observarlo despierto, de pie frente a él. 

Seokjin no espero a pensar y solo se apresuró a acortar los pasos que los separaban. 

—¿Quién eres?, ¿Dónde estoy? Debo salir de aquí... —hablo apresuradamente, tomando los hombros del menor, con el miedo y la desesperación reflejándose en sus facciones y la acidez de su aroma. 

—No puede salir de aquí —respondió el cachorro ante la exasperación del omega gestante—. Ellos no permitirán que se vaya.

—¿Quiénes son ellos?  

—La alfa de pelo rojo. —dijo con tono flemático, confirmando las sospechas de Seokjin al recordar los últimos sucesos antes de perder la consciencia.

Jung Yongsun los había traicionado. 

—Debes ayudarme —suplico poniéndose de rodillas, quedando al nivel de la mirada inexpresiva del pequeño cachorro.

—Es usted el segundo omega que se pone de rodillas ante mi. —Seokjin no supo a que se refería y no indago. Encontraba en este cachorro la única oportunidad para liberarse y regresar con su alfa.

Su alfa...

Llevo su mano a su cuello y la posiciono sobre su marca, buscando conectar su lazo con Namjoon.

INDIGO (Namjin) /COMPLETA/EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora