CAPITULO 24

304 61 6
                                    

El chirrido de la puerta siendo abierta lo despertó.

—¿Quién es? —cuestionó con voz ronca y áspera. Tenia fiebre y carecía totalmente de la noción del tiempo. Estaba débil y su malestar parecía empeorar con cada pestañeo y respiración.

—¿Quién es? —volvió a decir, esta vez más alto.

La luz de una lámpara de aceite se filtro por la puerta abierta; dentro de la habitación, la única luz procedía del cabo de una vela, junto a su cama.

La debilidad en su cuerpo declino sus sentidos, provocando que la visión se le volviera borrosa. Percibió la sombra de una silueta moverse hacia él, hasta que la distancia se hizo menos y la zona iluminada reveló la identidad de su visitante.

—¿Sabes lo que estas haciendo? —fue el reclamo de Hoseok hacia Namjoon.

El alfa esquivo la mirada molesta del beta y oculto su expresión melancólica para él solo.

—Es lo mejor...

—Para quien —vocifero molesto el beta— para ti, que te ocultas como un cobarde en la penumbra de tus aposentos o para Seokjin que no ha dejado de llorar en silencio.

—Si me quedo a su lado, no podre protegerlo —murmuró Namjoon con voz quebrada.

—¡Protegerlo de que!

—¡¡De mi!! —grito volviéndose a mirar a Hoseok, con los ojos inyectados de dolor—. ¡De mi naturaleza, maldita sea!

—¿A que te refieres?

—Mi lobo... —susurro —, no ha dejado de sentirse inquieto y temo perder el control.

Un tenso silencio se formo entre ambos, las flamas arrojaban sombras amorfas sobre las paredes gruesas y la brisa de la noche hacia tabletear las ventanas cerradas.

—¿Desde cuando te has sentido así? —cuestiono pensativo Hoseok, recordando la conversación que tuvo con Yongsun.

Namjoon puso las manos sobre el colchón de plumas y retrocedió un poco hasta reclinarse en las almohadas.

—Fue en la mañana, cuando nos introdujimos en las llanuras más allá de los muros. El ambiente era pacifico, con solo la naturaleza envolviéndonos en su perfume, pero de repente todo cambio —dijo rememorando lo sucedido, con el miedo volviendo a embargarlo—. El amizcle salió de Seokjin y penetro tan fuerte en mis sentidos, que mi lobo enloqueció queriendo tomar el control. Hyung, ¿se imagina que hubiese ocurrido si mi alfa llegase a someter a Seokjin? Estábamos solos en un lugar apartado, sin ninguna oportunidad de ayuda. ¿Ahora entiende mi miedo? Tuve que gritarle que se fuera, aunque mi corazón doliera con cada acción y palabra.

—No estas bien y Seokjin tampoco. Son destinados, alejarlo solo empeorara la situación.

—¿Entonces que debo hacer? —interrogo el menor, buscando un destello de esperanza que mermara el dolor de su agonía.

Hoseok suspiro y tomo lugar en la silla al costado de su cama. El rostro demacrado del alfa fue más perceptible desde su sitio, así como también el picor de acidez en su aroma.

—Namjoon, hay algo que debes saber —El alfa se incorporó un poco más, sin hacer caso del súbito mareo que lo desestabilizo por unos segundos—. Mañana, cuando la luna azul se haga presente en el cielo, Seokjin sufrirá un ciclo de celo.

—¿Que...?

—La razón por la que sentiste un cuarto aroma que perturbo a tu alfa, es por que su omega esta preparándose para enlazarse. No debería ocurrir tomando en cuenta que Seokjin es un ser Índigo, pero al parecer la Diosa Luna tenia otros planes para su hijo.

INDIGO (Namjin) /COMPLETA/EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora