CAPITULO 17

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Durante un largo tiempo no se movió, yaciendo inmóvil sobre el montón de sacos viejos que le servían de cama, escuchando el viento silbando sobre la línea de agua y el chapoteo del mar en el casco de su navío.

La luna llena aun flotaba sobre el mástil y el amanecer pronto se asomaría por el horizonte. A pesar de la calidez de las mohosas pieles que lo cubrían, un escalofrío recorrió su espina dorsal.

"Necesito una copa de vino. Una docena de copas de vino", pensó el alfa pero en su lugar continuó acostado con la mirada en el cielo y con la brisa fría del mar revoloteando su cabellera oscura. 

Al Este, la primera luz pálida del día empezaba a bañar el cielo por encima del mar. Las aguas de Hanok poco a poco pasaron de negro a azul; mientras los ruiseñores se iban quedando en silencio, las alondras del mar reemplazaron sus canciones. Las nubes en el cielo parecían arder en colores: rosa y morado, granate y oro, perla y azafrán. Bañando el rostro del alfa en consuelo de la reminiscencia tristeza de su marchita alma y soledad.

Unos pasos pesados ascendieron por la escalera que conectaba la cubierta con el muelle, pronto un alfa de ojos oscuros hundidos en un rostro curtido por la intemperie y ataviado en un conjunto de piel de cervatillo y botas de cuero desgastado, tomaron su atención.

—Suga, tienes visita —fue lo único que el alfa dijo antes de continuar su camino hacia la escotilla del barco. 

A Yoongi no le extraño las palabras de su segundo al mando y amigo, después de todo, muchas veces había recibido la visita inesperada de algunos omegas que habían compartido su lecho en el pasado buscando complacerse mutuamente. Siendo el acto libidinoso uno de sus escapes a la sombra que lo asechaba y contaminaba su ser cada día de su maldita vida.    

"Tal vez un momento de placer en mi camarote no me vendría mal antes de comenzar el día." Fue el pensamiento de Yoongi mientras iba descendiendo por las escaleras hasta llegar al muelle.

Envarado sobre la superficie de madera, abrazando su cuerpo por el frio del amanecer y con el viento agitando su cabellera castaño miel, un pequeño omega lo observaba con el perfil serio en su espera. Yoongi no iba a negar que a primera impresión el omega le parecía muy atractivo y bonito, pero había algo más en su aroma que su lobo no tardo en descifrar. 

Su pureza impoluta. 

Yoongi sonrió de medio lado, sintiendo a la Diosa luna burlarse de él. "¿Era acaso un consuelo ante la agonía de su podrida alma?" 

—Por tu aroma puedo deducir que eres un omega virgen, así que no puedes ser uno de mis antiguos amantes al menos que busques perder tu castidad con mi persona.

Jimin frunció el ceño ante el desconcierto que esas palabras le trajeron. No pudo dormir correctamente durante la noche esperando que el amanecer se hiciera presente con prontitud y poder ir en búsqueda de quien el cachorro consideraba una persona que podría ayudarlo en su objetivo. Pero no espero que la primera impresión que se llevaría del llamado Suga fuera un alfa obsceno e impúdico. ¿Pero que mas pudo esperar de un rebelde? 

Carraspeando un poco y manteniendo una expresión impasible, Jimin fijo su mirada en los ojos cenizos del alfa, aunque debía admitir que no le fue indiferente observar la cicatriz que atravesaba el orbe derecho de su rostro.

— No busco ser uno más de tus amantes, el propósito de mi presencia es por algo más serio e importante. 

—Mis amantes son importantes —refuto el alfa, no borrando la sonrisa irónica de su rostro—. Pero por hoy seré condescendiente contigo y escuchare lo que tengas que decir fuera de un lecho. 

INDIGO (Namjin) /COMPLETA/EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora