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Ella pareció algo avergonzada pero Obedeció las primeras indicaciones.

- De acuerdo, quiero que acaricies suavemente tu cuello y tus pechos...  Muy suavemente.- Dijo él casi susurrando.

Ella así lo hizo, sin dejar de mirarlo.

- Quiero que imagines que son mis manos las que te recorren ¿Entiendes? Quiero que lo hagas pensando siempre en mí, imagina mis manos acariciándote como a la linda gatita que eres hoy. Y lentamente baja hasta tu abdomen, no quiero que llegues a tu entrepierna aún ¿Oíste?- Ella Obedeció y él la tomó del rostro apretando sus mejillas violentamente.- Debes darme una respuesta verbal cuando te pregunto algo.

- Sí mi señor.- chilló ella y él la soltó con brusquedad.

- Ve a tus muslos, quiero que lo hagas con la punta de tus dedos y muy despacio.- Ordenó.

Así lo hizo ella a la vez que se esforzaba por no romper el contacto visual.

Estaba muy exitada, le emocionaba que él era cada vez más autoritario en su rol conforme ganaban experiencia jugando juntos.

- Eso es, mi querida. Ahora sí quiero que toques tu linda entrada, quiero que metas uno de tus dedos y me lo muestres, quiero ver qué tan mojada estás, así que abre bien tus hermosas piernas, puta.

Ella siguió aquella vergonzosa orden, no sólo estaba mojada, tenía la entrepierna hecha agua, ni siquiera tuvo que meter su dedo para darse cuenta, pero lo hizo por la indicación, sacó el dedo y lo colocó frente a su rostro.

- Mírate...- Dijo Aizawa con la voz ronca.- Te encanta que te trate así ¿No? Eres una mujerzuela muy sucia. ¿Te exitas cuando te hablo así y te humillo?

- Sí mi señor.- Respondió ella.

- Abre la boca, sin vergüenza.- dijo él, ella obedeció.- Ahora prueba tu sabor.- Indicó y T/N acercó su dedo aún húmedo a sus labios y lo introdujo en su boca de forma sensual, lamiendolo y chupándolo como un dulce.- Bien, esa es mi zorrita, sólo mía ¿En qué piensas lamiendo así tus dedos?

- En la verga de mi señor.- respondió ella.- Aunque esa es mucho más grande, pero quiero chuparla.

- Todo a su tiempo, querida. Ahora quiero que lleves esos dedos abajo otra vez y juegues con tu clítoris como si fueran mis manos las que te tocan.

T/N llevo su mano a su entrepierna, llenó sus dedos de sus fluidos y comenzó a estimular aquel pequeño pero poderoso punto de placer.

- Ah... Mi señor.- Gimió.

- Debes esperar mi orden antes de correrte ¿Entendido?

- Sí...

Él se colocó sobre ella y le dió una bofetada.

- ¿Sí qué?- dijo.

- Sí mi señor.- Respondió sin dejar de tocarse.

- Y debes agradecerme cada vez que te discipline.

- Gracias, mi señor.

- mírate, eres una  lujuriosa... Vamos, coloca tu mano libre en tu cuello.- Ella lentamente deslizó su mano, colocándola al rededor de su cuello torpemente.- Imagina la mano de tu señor ahorcandote como a una zorra.- Añadió.- Aprieta los lados ligeramente.- dijo.

Al obedecer, una sensación de mareo y presión llenó su cabeza e hizo todo más placentero.

- Ah, mírate, querida.- Dijo él con excitación, la respiración de la joven era acelerada y entrecortada. No correrse era cada vez más difícil.- Detente.- Ordenó Aizawa de repente.- Aún no es hora.- Rió con ligereza. Ella hizo un puchero.- Mira lo desesperada que estás, eres una puta... mi puta personal, sólo mía.- Gruñó.- Dilo.

La Niñera De La UA (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora