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Por la mañana T/N sentía que iba a morir.

La inflamación había empeorado, le dolían los senos y tenía unos cólicos infernales que apenas y le permitían levantarse de la cama.

Sus piernas temblaban de dolor, su cabeza iba a explotar y su espalda parecía querer matarla.

El segundo día siempre era el peor.

Apenas logró ponerse de pie sintió como toda la sangre bajaba hasta su toalla y con una expresión de evidente desagrado fue al baño a asearse y vestirse.

Después reunió todas sus fuerzas para ir a despertar a Eri y prepararla para la escuela.

Intentó mantener una buena cara y ser dulce pero apenas se quedó sola se desplomó en el sillón más cercano.

Su vientre se contraía con un dolor muy intenso y sentía ganas de vomitar.

Todo era insoportable, la luz del día, los escasos sonidos que percibía y la idea de levantarse para volver a su habitación.

El puro esfuerzo de ponerse de pie le envío una puntada hacia el trasero y apenas logró arrastrarse hacia el elevador.

A mitad del camino no pudo evitar soltarse a llorar.

Le dolía mucho y no podía pensar con claridad.

Bajó del ascensor y fue a su habitación. Tomó una pastilla y volvió a bajar para comer algo.

Aunque no le quitaba el dolor del todo, esa pastilla y alguna comida deliciosa siempre le ayudaban a tener unos veinte o treinta minutos de paz parcial, el dolor se moderaba y así podía calmarse un poco.

El día anterior también había tenido cólicos pero nada comparado con el temible día dos.

No tenía ganas de hacer nada pero tampoco de pasar su día encerrada quejándose en soledad, en sí no tenía ganas de nada, pero pensó que salir a caminar por los terrenos de la escuela le ayudaría a llevarlo con más tranquilidad.

Llevaba media hora sola en la residencia y ya se había vuelto tedioso.

Se puso un atuendo cómodo, un par de tenis y una gran chamarra y salió a caminar.

El clima era cálido y su lógica le decía que si se abrigaba encerraría el calor de su cuerpo y eso relajaría los músculos de su útero.

Caminó entre los árboles y arbustos odiando cada paso que daban sus pies, sus articulaciones de las piernas dolían también, como si los cólicos se hubieran extendido hasta ahí, pero era mejor que acostarse y sentir la incomodidad de la inflamación.

- Estúpido estrógeno...- Se quejó en voz baja.

Tenía calor y estaba malhumorada, cuando estaba segura de que había sido una mala idea y estaba lista para volver a la residencia escuchó unas voces.

Se acercó al origen del ruido y llegó a un campo de entrenamiento en el que estaban las clases A y B junto con sus respectivos profesores.

Las clases se enfrentaban entre sí en un área controlada y los profesores observaban todo en unas enormes pantallas que mostraban las distintas perspectivas.

Ella dió un paso al frente haciendo crujir una ramita y eso llamó la atención de los presentes, haciendo que se dieran la vuelta.

Aizawa se giró y se encontró con su desaliñada novia, usando un pantalón deportivo negro, tenis mal amarrados, una sudadera rosada con orejas de gato en la capucha que llevaba puesta para ocultar su cabello despeinado y una expresión en su rostro que delataba sufrimiento.

- T/N chan.- Dijo Midnight acercándose.- Que sorpresa, es un gusto verte pero no puedes está aquí, querida, es peligroso.

- Lo siento.- Dijo esta, con un hilo de voz.- sólo caminé sin rumbo y llegué aquí. Ya me voy.

Se disponía a irse cuando Aizawa la alcanzó.

- Espera ¿Estás bien?- Dijo algo preocupado, llevándola lejos de los ojos curiosos de los presentes.- Te ves mal...

- Sólo algo de dolor. Salí a caminar un poco para distraerme pero no funcionó... Ay...- Dijo agachándose mientras sostenía su vientre.

- ¿Son síntomas de tu periodo?- Preguntó él, más preocupado aún.

- Sí...- Chilló ella.- Lo mejor será que regrese a la residencia.

- Olvida la residencia, te llevaré a la enfermería.

- Ya tomé algo para el dolor.- Dijo la chica.

- ¿Hace cuánto?

- Creo que dos horas.

- ¿Y no se te quita?- Ella negó.- Bien, déjame acompañarte a la residencia entonces.

Él la llevó hasta ahí mientras le hacía preguntas acerca de sus síntomas.

Estaba asombrado de ver la cantidad de cosas que le sucedían a la vez y se sentía muy mal por ella y por no poder ayudarla.

Cuando llegaron a la residencia le dijo que se quedara en cama y descansara y que no se preocupara por Eri, que les pediría ayuda a sus estudiantes para cuidarla durante la tarde.

Ella pasó el día entero metida en la cama, lamentando su existencia, ni siquiera se dió cuenta de cuando oscureció.

Eri había pasado el día en la residencia de la clase 1-A, divirtiéndose con los estudiantes de su padre, mientras éste permanecía en paradero desconocido.

Cuando llegó la hora de dormir, Aizawa pasó a recoger a Eri de con la clase 1-A y luego fue con ella a la residencia.

- Papi ¿Qué es eso?- Preguntó señalando las numerosas bolsas del supermercado que él llevaba.

- Son cosas para T/N San...- Le respondió.- Se siente algo enferma hoy y por eso no pudo cuidarte, espero que ésto la haga sentir mejor.

- ¿La cuidas porque es tu novia?- Le preguntó la niña en tono inocente.

Él suspiró. Había llegado la hora de las respuestas.

- Sí, así es...

- Le pregunté a las chicas qué significaba ser novios.- Dijo la niña.- Pero nadie quiere decirme.

El hombre se detuvo y se agachó al lado de la niña.

- Que T/N y yo seamos novios significa que nos queremos y nos gusta estar juntos y demostrarnos nuestro afecto. Hay personas que se quieren y no se lo dicen pero luego lo hacen y se convierten en pareja.

- ¿Y ustedes se querían sin decirlo?

- Así es.- Dijo él.- Pero ahora que lo dijimos decidimos que queremos estar juntos. En ese caso es mi deber y mi deseo procurar que ella no se sienta triste nunca y cuidarla si se enferma.- Añadió.

- ¿Estar juntos?- Preguntó ella pensativa, recordando aquella conversación de los alumnos de Aizawa sobre las relaciones de sus padres y como la mayoría decía que sus padres estaban "juntos".

- Sí.- Aizawa Asintió.

- ¿Juntos como las mamás y los papás?

- Algo así...- Dijo Aizawa nervioso, tal vez ya estaba hablando de más.

- ¿T/N será mi mami?

- Bueno, hay que preguntarle si eso es lo que desea, pero ahora no es un buen momento. Está enferma y debe recuperarse, a demás ese debe ser un momento especial ¿No crees?- La niña Asintió.- Una cosa a la vez, pequeña. Deja que papá se encargue y no le comentes nada de lo que acabamos de hablar, será una sorpresa.

- Sí!

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Hasta aquí el cap de hoy.

Voten y comenten si les gustó.

Nos leemos el viernes.

Instagram: genevieve_anneliese

La Niñera De La UA (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora