Nuestro Destino

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- ¿Estas seguro que esto funcionará?

- Para encerrar al demonio debo finalizar este contenedor.- El hombre daba los últimos toques a la pintura.

- La ceremonia está a punto de comenzar, debemos apresurarnos.

- Listo...- Se levantó y observó la pintura a sus pies.- Ahora podremos encerrarlo para siempre.

- No cabe duda alguna de que eres un pintor espiritual Xiao Yan.- El hombre admiró la pintura.- Es como si estuviera viendo al mismo rey en persona, sus ojos parecen tener vida propia.

- Vamos...- Tomó la pintura.- Ayúdame a llevarla el chamán Wang está esperando para dar inicio al ritual, no podemos permitir que la hora propicia pase.

Todos admiraban el enorme retrato que era trasladado por los dos pintores y un grupo de guardias. No podían ignorar el aura que este objeto emitía, se podía sentir la presencia espiritual emanando de el.

Los presentes quedaron en silencio mientras observaban aquella obra, era tan imponente y mágica, no había dudas de que este retrato había sido creado por el famoso y único pintor Xiao, reconocido por su gran talento pero sobre todo por el don que le permitía recolectar energía espiritual mediante a sus dibujos.

Había sido bendecido por los dioses, no solo él sino todo su clan ya que cada cierto tiempo una pintor con este magnifico don surgía. Los Xiao eran conocidos por ser la cuna de los grandes y poderosos pintores espirituales.

- Xiao Yan.- Un hombre alto e imponente vestido con túnicas blancas se acercó.

- Wang Pei.- Hizo una reverencia.- La pintura está terminada, ya puedes iniciar la ceremonia.

- Yan...- Se acercó más al pintor.- Esto puede ser peligroso, sabes a que nos enfrentamos.- Trató de tomar su mano.- Yo...

- Lo sé...- Se alejó.- Maestro Wang, por favor confíe en el don que le ha sido otorgado a este plebeyo.

- Yan, eso no es...- Se mostró afligido.

- Podemos iniciar.- Hizo una reverencia.- Puede estar seguro que todo estará bien.- Se dio la vuelta y se alejó.

- Yan...

El afligido hombre no pudo decir más palabras, solo se limitó a observar la espalda del hombre que se alejaba. Tragó el pesado nudo en su garganta, apretó sus puños y luego de soltar un amargo suspiro se dio la vuelta.

Wang Pei estaba a punto de iniciar un ritual el cual podía ser peligroso no solo para él sino para cualquiera que estuviera involucrado. No tenia miedo de morir, si debía hacerlo por salvar a la humanidad lo haría mil veces, pero no quería morir sin hablar una vez más con Xiao Yan.

Quería expresarle lo arrepentido que se sentia por haberlo abandonado, por haber caído ante las exigencias y presiones familiares. Quería decirle que había sido un cobarde por haber soltado su mano y haber tomado la de aquella mujer.

Lo amaba a pesar del tiempo que había transcurrido, lo amaba a pesar de los hijos que había procreado y lo amaba a pesar de que sabia que no volverían a estar juntos, no quería dejar aquel mundo sin decirle una vez más que tanto lo amaba, pero ahora ya era tarde, el ritual estaba a punto de empezar y Xiao Yan ya no quería escucharlo.

- Su majestad.- Wang Pei hizo una reverencia.- Ya es hora, perdone por ser descortés pero debemos atarlo.

- Has sido un gran súbdito.- El emperador sonrió.- No tienes porque preocuparte por ser descortés.- Observó a los guardias a su alrededor.- Adelante.

The Red Eyes LoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora