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- No puedo creer que hayas regresado tan rápido.- La señora Xiao llenaba de besos el rostro de su hijo.

- Quería sorprenderlos.- Abrazaba a su madre.

- Y si que lo hiciste mi niño.

- ¿Acaso sucedió algo que te hizo regresar tan pronto?.- El Señor Xiao cuestionó a su hijo.- Se suponía que te quedarías viviendo una temporada en China.

- Solo volví porque en verdad los extrañaba...- Se alejó de su madre.- Además hay algo que debo hacer.

- ¿Que cosa?.-La madre se sintió curiosa.

- No es nada importante y menos para preocuparse.- Sonrió.- Me voy a quedar por unos días, espero a mis padres no les moleste.

- Claro que no cariño.- La madre abrazó a su hijo.- En realidad estoy feliz de tenerte aquí.

- Este es tu hogar.- El Padre acarició la nuca de su hijo.- No tienes que preguntar nada.

- Mamá, extrañe mucho tu comida.- Formó un puchero.

- Prepararé algo delicioso para comer.- Se alejó en dirección a la cocina.- Voy a cocinar algo que te encantará.

- De acuerdo, yo iré a descansar un rato a la habitación, me siento agotado por el viaje.

- Hijo...- El señor Xiao se aproximó a su hijo.- ¿En verdad todo está bien?

- Si...- Sonrió.

- Sabes que puedes hablar con papá siempre que quieras ¿Cierto?.- Acarició su mejilla.- Papá siempre te va a escuchar.

- Lo sé papá.- Volvió a sonreír.

- Ve a descansar, luego platicamos. Quiero que me cuentes como te fue por allá.

- De acuerdo.

Xiao Zhan no podía explicarle la verdadera razón de su regreso a sus padres, no quería preocuparlos, decirle que había sido prácticamente secuestrado de aquel país sólo por el miedo de que las autoridades lo retuvieran sería no sólo un motivo de escándalo sino de preocupación.

Decidio mentirles sobre su regreso, estaba dispuesto a mantener la mentira por unos días y luego ver que otra cosa se le ocurría. Una cosa tenía clara, había regresado a su hogar para no volver más a China.

Por varios días a estado sumergido en una clase de depresión que lo mantuvo con los ánimos por el suelo y triste. Por primera vez las palabras de alguien habían logrado afectarlo.

Era una persona con un espíritu imperturbable, no retrocedía ante ninguna amenaza u ofensa pero está vez parece que aquel oficial había golpeado con un enorme martillo los cimientos de aquella pared impenetrable.

No lo odiaba por las cosas que le dijo pues al final muchas eran ciertas pero tampoco podía perdonarle que en el momento en que más feliz y seguro se encontraba llegara con aquella actitud y palabras hirientes logrando borrar todo lo que había obtenido.

Se sintió triste al pensar en Yibo, al igual que 18 años atrás volvía a marcharse sin dejarle explicación alguna y sin poder decirle la verdad. Imaginarlo preocupado y triste lo hacía caer aún más en aquella depresión, no queria lastimarlo, mucho menos verlo triste. Solo sino hubiera vuelto a aparecer...

..........

Brady se encontraba sentado aún en el suelo de aquella oficina, su respiración agitada se podía escuchar claramente, sus ojos grises se habían enrojecido por la ira y su blanco rostro tenía algunos matices de color rojizo.

The Red Eyes LoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora