Reclamo.

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Wang Yibo se encontraba tumbado en su cama, era ya entrada la media noche y aún no podía conciliar sus sueños. Con sus párpados bien abiertos en la oscuridad repasó la situación que se había suscitado más temprano.

Aquellos eventos ocurrieron de forma tan repentina y natural que a penas pudo reaccionar. No había planeado que todo terminara de esa manera, incluso aún se sentía un tanto sorprendido por lo ocurrido.

Elevó un poco sus manos al aire justo al nivel de su rostro, las abrió y cerró lentamente de forma repetitiva, sobre sus palmas aún se podía sentir el rastro de aquel cálido tacto. Era como si la esencia de aquella suave piel, las cedosas cejas y los gruesos labios se hubiera quedado plasmada allí de forma definitiva.

Mordió suavemente sus labios al recordar aquellos besos. Aunque sus ojos no podían mostrarle aquel momento sin problema alguno pudo revivirlo nuevamente.

Su corazón empezó a palpitar más al pensar en el suave impacto de aquellos labios sobre los suyos, su piel se erizó al volver a imaginar como estos se abrían suavemente y un gran cosquilleo lo recorrió cuando rememoró como aquella lengua fue dejando un húmedo y serpenteante rasto dentro de su boca.

Era la primera vez que sus labios compartían ese tipo de intimidad con otros, a excepción de aquel inocente beso de hace 18 años atrás nunca volvió a acercarse se forma tan intimina con alguna otra persona.

Evocando aquel momento cerró sus ojos y volvió a morder sus labios con más intensidad a esas alturas su cuerpo había empezado a cosquillear mucho más y su temperatura se había elevado ¿Había enfermado? Preocupado se envolvió entre las mantas de su cama y se giró colocándose de costado y en posición fetal.

Wang Yibo era un completo inexperto en este tipo de situación, muy lejos tenía que aquella reacción no era provocado por algún síntoma de malestar sino por las necesidades del cuerpo. Se trataba de un pequeño principiante que estaba empezando a conocer los estragos que causaba el deseo.

Encogió más su cuerpo y se agitó cuando sintió aquella dureza en su entrepierna ¿Acaso era un pervertido? ¿Como podía ponerse duro con sólo pensar en un beso?

Volvió a morder sus labios al sentir la sensación cosquilleante que provocaba el roce de su ereccion contra sus piernas, aquello se volvió un tanto desesperante, Wang Yibo empezaba a ser provocado por el deseo de tocar aquella dura e íntima parte y frotarla hasta aliviar su incomodidad.

Su mano temblaba levemente mientras la empezaba a escurrir dentro de su pantalón, su respiración nerviosa se hacía cada vez más agitada. En el momento en que sus cálidos dedos tocaron su duro miembro todo en él se estremeció.

Estaba a punto de empezar a masajear su ereccion cuando una fuerte sensación punzante golpeó su cabeza. Wang Yibo llevó sus manos a ella y la sostuvo con fuerzas mientras gruñia, aquel dolor se volvía cada vez más intenso y doloroso, su cabeza parecía estar a punto de estallar y él sólo podía sostenerla entre sus manos mientras se acurrucaba aún más en su lugar.

Sus ojos empezaban a abarrotarse de lágrimas ante aquel inmenso dolor, sus oidos empezaron a zumbar, el dolor se prolongó volviéndose agonizante. Wang Yibo sollozaba y gruñia mientras trataba de soportar aquello que estaba a punto de empujarlo hacia la locura.

De pronto de la misma forma en que aquel dolor agonizante llegó repentinamente desaparecio. Wang Yibo yacía inconsciente sobre su cama mientras aún sostenía su cabeza. Su piel estaba bañada en sudor y su rostro estaba enrojecido.

Se quedó allí tumbado sólo por unos cortos minutos hasta que de repente y regresando en si abrió sus ojos. En silencio y con una expresión un tanto diferente de lo habitual se levantó de aquel lugar.

The Red Eyes LoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora