Rememorando.

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- Me siento muy feliz de que hayas accedido a comer con nosotros.- La señora Wang se mostraba animada.

- Lamento haber venido de improvisto, Yibo me había hecho la invitación y para serle sincero yo también quería volver a verla.- Zhan sonrió.- La paso muy bien cuando estamos juntos.

- Cariño..- Acarició su mejilla.- En verdad eres un encanto, me gustaría conocer a tu mamá siento que ella es igual de encantadora que tú.

- Mis padres son personas cariñosas y divertidas.- Sonrió.- No me avergüenzo al decir que tengo dos de los mejores padres de este mundo.

- ¿No deberías decir que tienes los mejores padres de este mundo? ¿Acaso hay más padres así?

- Los hay.- Asintió.- Son ustedes.

- En verdad sabes como adular.- Yibo se sentó a su lado.

- Dejalo en paz Bao Bao.- La señora Wang regaño.

- Si Bao Bao, dejame en paz.- Zhan tarareo.

- No abuses de tu suerte.- Yibo advirtió.

- Hoy en la mañana hablé con mi hijo.- El señor Wang tomaba asiento en la mesa.- Dice que estará aquí más pronto de lo pensado.

- Yo también hable con él.- Yibo sonrió.- Me dijo que estaba harto y que cuando acabara con ese caso tomaría unas vacaciones.

- ¿Vacaciones?.- Zhan se sintió curioso.- ¿Y el caso de las pinturas?

- No me dijo nada al respecto.

- Entiendo.

Si las palabras de Wang Yibo resultaban ser ciertas y su primo pensaba tomarse un descanso a su regreso quedaba claro que este no perseguiria más el tema de las pinturas lo que para Xiao Zhan significaría un gran alivio ya que no se vería ente la espada y la pared como ha estado desde el momento en que descubrió que su gran amigo Brady era a quien el oficial cazaba.

Pero a su vez también era un motivo de tristeza ya que no existiría motivo alguno para estar junto a Yibo. Esto último era lo que en verdad lamentaba, no quería apartarse de él, no cuando finalmente había encontrado a aquel niño que tanto había anhelado volver a encontrar, no cuando su corazón empezaba a vibrar con fuerzas por él.

Tenía que buscar la manera de seguir a su lado, contarle sobre su identidad aún no era una opción, seguía sintiéndose avergonzado por su pasado y antecedentes, temía que una vez Yibo descubriera su identidad se sintiera desilusionado y esto era un gran temor para él. Lo que más temía era ver la sombra de la decepción cernir su rostro.

Ese día Zhan trató de no pensar en los acontecimientos que estaban por ocurrir, prefirió disfrutar del momento. Los Wang le daban una gran y grata acogida en su hogar y un cálido trato.

Mientras tío y sobrino platicaban tranquilamente en la terraza el joven pintor y la señora Wang se encontraba sentados en el sofá observando un montón de fotografías que evocaban el pasado.

En ellas se veía un lindo y regordete niño sonreír mostrando todos sus pequeños dientes, un niño inocente y feliz. Zhan se enteró de uno que otro dellate de la vida de Wang Yibo, escuchó atentamente cada cosa, cada detalle como si de una lección se trataba. Quería saber todo sobre él, la persona que le gustaba.

- Desde niño fue muy tranquilo.- La señora Wang tenía una dulce sonrisa en sus labios.

- Era un bebé hermoso.- Zhan admiraba una fotografía.

- Aún sigue siendo hermoso...y tambien un bebé.- Ambos rieron.

- Sin dudas lo es...

- ¿Puedo preguntarte algo?.- Se quedó viéndolo.

The Red Eyes LoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora