El Amante de Ojos Rojos.

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La maldad nunca vencerá...

- Tienes que calmarte.

- ¿Como quieres que me calme papá?.- Darren tiró de su pelo.- Es un desastre, todo es un desastre.

- Hijo, tienes que estar calmado. Por favor ayuda a papá ¿De acuerdo? Acá las cosas de por sí están muy tensas.

- Lo siento...- Limpió sus lágrimas.- Lo siento mucho.

- Está bien.- Acarició su nuca.- Mejor ve y acompaña a la abuela. Debemos esperar noticias de los médicos.

- De acuerdo...

La sala de emergencias se encontraba un tanto silenciosa, aquel silencio era tal que incluso se podía escuchar claramente el sonido de las agitadas respiraciones.

A un extremo del lugar dos madres afligidas y temblorosas se encontraban sentadas una junto a la otra sujetando sus manos, apoyandose entre sí mientras derramaba lágrimas.

Los padres se encontraban de pie caminando de un lado al otro mientras frotaban sus manos con impaciencia y cada cierto tiempo observaban el reloj en la pared.

En aquel momento la tensión era tal que podía ser cortada con un cuchillo, los nervios estaban a flor de piel y los corazones tan acelerados que podían salírse de su lugar. Aquella noche era un completo caos, aunque el ritual había sido realizado con éxito y finalmente el demonio que habitaba en el cuerpo de Wang Yibo había sido encarcelado el precio por este acto había sido alto y caro.

- Lao Wang.- Un doctor se acercó al señora Wang.

- Beiyi...- El señor Wang detuvo sus pasos.- ¿Hay alguna novedad?

- Los cuatro han sido trasladados a sus respectivas habitaciones.- Retiró sus anteojos y frotó el puente de su nariz.- ¿Podrías decirme que ocurrió?

- Un accidente...- Aclaró su garganta.- En coche...

- ¡Doctor!.- Ambas madres se acercaron a toda prisa.- ¿Como están? Por favor diganos, estamos a punto de morir de la angustia.

- Doctor...- Darren levantó la mirada.- ¿Podría decirnos como se encuentran?

- Bueno...- Metió sus manos en los bolsillos de su bata médica.- Dos de ellos se encuentran estables y fuera de peligro...

- ¿Solo dos de ellos?.- La voz de la señora Wang se quebró.

- Si...- El doctor cambió su semblante.- Lamentablemente los otros dos llegaron en un estado bastante delicado. No les voy a mentir, a ambos los llegamos a perder por cuestiones de minutos.

- ¿Quienes son?.- El señor Xiao se acercó y tomó al doctor de los hombros.- ¿Quienes son los que se encuentran en tal estado?

- Uno de ellos es el chico occidental al que llaman Brady.

- ¿Que?.- Darren se levantó de su asiento.- ¿Que acaba de decir?

- ¿Y el otro?.- El señor Wang mostró una expresión afligida.

- Y el otro...- Suspiró.- Es...el joven Xiao, la pareja de tu hijo.

- No...- La señora Xiao se tambaleó.- No mi bebé...- Rompió en llanto.

- Debe hacer algo doctor.- La señora Wang lloraba.- Debe hacer algo por ese chico. Usted no tiene idea lo que él significa para todos nosotros, lo que significa para mí hijo.

- Beiyi...- El Señor Wang tomó a su colega de los hombros.- Debes hacer cualquier cosa por salvarlos. Se que mi área es la pediatría pero puedo ponerme a la orden para ayudar, no importa que...ellos deben salvarse.

The Red Eyes LoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora