CAP. 31

1K 88 20
                                    

Malak: ¿Qué? ¿Cómo que en la casa de Ji Hoo? Jun Pyo, si quieres recuperar a Jan Di, no la espíes de esta forma, pareces un loco... ¡Ya deja de caminar de un lado a otro, vas a hacerle un hoyo al piso!

Jun Pyo: no ayudas, niña, mejor ven y ayúdame a subir a esta barda, corre -dijo haciendo señales para que fuera con él-

Malak: no, además, ¿por qué no mejor entras y averiguas de qué hablan? Yo digo que sería más fácil

Jun Pyo: sí, claro y talvez... No sé, talvez, me lleve una paliza de Jan Di

Malak: eso no lo sabrás si no lo intentas, pero bueno. Si no quieres, mejor ya vámonos que ya tengo sueño

Jun Pyo: si quieres, entra al auto y duérmete, nadie te está deteniendo -dijo aún brincando intentando ver algo-

Malak: bendita la hora en la que vine contigo -dije sarcásticamente-

Entré al auto y estaba a punto de quedarme dormida pero escuché que Jun Pyo comenzó a golpear algo, así que salí lo más rápido que pude.

Malak: Jun Pyo, basta, tranquilo. Ellos no están haciendo nada malo. Ven, es mejor que nos vayamos, tienes que tranquilizarte

Lo tomé de la mano y lo guié hasta el auto pero este se detuvo, me atrajo hacia él y me abrazó.

Malak: ¿Y esto por qué? -dije extrañada aún en el abrazo-

Jun Pyo: otras chicas ya se hubieran ido, pero tú sigues aquí, cuidándome de mis tonterías

Malak: yo no soy como otras chicas, tú lo has notado, soy demasiado diferente a ellas... Soy tu amiga, Jun Pyo y jamás te voy a dejar solo

Jun Pyo: estoy muy cansado y necesito dormir -dijo bostezando-

Malak: no te preocupes, yo manejo, sube

Hizo lo que le dije y ya estando en el auto se quedó dormido, así que le puse el cinturón de seguridad y arranqué con destino a su casa.

Al llegar Jun Pyo estaba profundamente dormido y no quería despertarlo, así que hice lo que pude para llevarlo a su habitación. Subiendo las escaleras el mayordomo Lee quiso ayudarme.

Malak: no se preocupe, señor Lee, yo lo llevo con gusto -le sonreí y seguí subiendo-

Al llegar a su habitación lo acosté en su cama y lo arropé, quién pensaría que Jun Pyo cabello rizado se vería tan tierno dormido. Sonreí y me apresuré a salir de su habitación pero me tomó de la mano haciendo que me detuviera.

Jun Pyo: quédate a dormir

Malak: lo siento, tengo que llegar a mi casa, Jun Pyo

Jun Pyo: por favor

Malak: está bien, voy a pedirle al señor Lee que me prepare un habitación

Jun Pyo: no, quédate a dormir aquí

Malak: ¡¿Qué?! -lo miré extrañada- bueno, pero pon división con las almohadas

Puso la división y me prestó una de sus pijamas que, por cierto, me quedaba demasiado grande. Me acosté y me estaba quedando dormida hasta que sentí frío y me desperté, no tenía cobijas, el chico me las había quitado dejándome sin nada.

Malak: dame cobija, Jun Pyo, hace frío -dije intentando quitarle la cobija-

Jun Pyo: no quiero -dijo envolviendose-

Malak: ¡Con un carajo! Me voy a ir, Jun Pyo

Jun Pyo: no, no, no, ya tapate -me tapó- ¿Contenta?

Malak: en tu vida vuelvo a dormir contigo -dije volteándome-

𝑒𝑛𝑎𝑚𝑜𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑐𝑎𝑠𝑢𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora