CAP.49

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Entré a mi habitación azotando la puerta, me senté en mi cama pensando en todo lo que había pasado hasta que sonó la voz de mi hermano desde la entrada de mi cuarto.

Marco: ¿Crees que de esa forma vas a superar eso?

Malak: Marco, por favor -se sentó a mi lado sin dejarme hablar-

Marco: solo te voy a decir una cosa, Malak. Rosario nunca va a descansar en paz si tú sigues aferrándote a ella

Yo no dije nada y solo me dediqué a ver cómo salía de mi habitación cerrando la puerta. Pensé mucho en lo que me dijo, mi mirada estaba fija en el suelo mientras seguía reflexionando, hasta que escuché la voz que creía que nunca iba a escuchar otra vez.

¿?: tu hermano tiene razón -sonó esa voz tan débil y dulce-

Malak: ¿Nana?

Cerré los ojos pensando que era producto de mi imaginación lo que estaba viendo, pero al abrirlos caí en cuenta de que era totalmente real lo que estaba pasando. Mis manos comenzaban a temblar y mis ojos se llenaban de lágrimas al verla.

Chayito: tienes que dejarme ir, mi tiempo aquí ya terminó, Malak

Malak: no sé cómo hacerlo, nana, no quiero acostumbrarme a la idea de que ya no estás

Chayito: si sigues con esos pensamientos, seguirás dañando a los demás, en especial a ti -se acercó a mí- yo siempre voy a estar aquí y aquí -dijo señalando mi corazón y mi cabeza-

Y por primera vez en mucho tiempo pude sacar todo aquello que sentía y que había reprimido para fingir que ya lo había superado.

Malak: no quiero que te vayas, quiero que te quedes aquí, nana

Chayito: no importa dónde esté, Malak. Tienes que vivir -tomó mis mejillas- debes de superar esto para que yo pueda estar en paz, por eso vine a despedirme. Quiero que sonrías, no quiero ver esa cara tan apagada

Besó mi frente y desapareció, cerré mis ojos para recordar esa última imagen que tuve de ella, seguí llorando mientras abrazaba mis piernas y me quedaba en un rincón de mi habitación. Mi hermano entró al escuchar que lloraba y se sorprendió tanto de verme en tal estado, que corrió a abrazarme mientras lloraba junto a mí.

Marco: pensé que nunca iba a volver a verte así

Malak: nana vino a verme -decía con la voz entrecortada- se despidió de mí...

Mi llanto aumentaba más cuando recordaba cada palabra que me dijo, su rostro se veía tan tranquilo y me miraba con una sonrisa. En ese momento decidí que quería salir de ese pozo y superar lo que había pasado para recuperar lo que era antes. Las lagrimas cesaron y me levanté con la ayuda de Marco, lo miré directamente a los ojos y lo abracé nuevamente.

Malak: ella podrá estar en paz, es una promesa

Le di una sonrisa a mi hermano, una de las más sinceras que pude haber dado, estaba totalmente decidida a cambiar y así lo haría.

...

Después de eso comencé a reparar todo lo que había dañado, empezando por mí, me ausenté por un corto tiempo del trabajo y me dediqué a recuperarme. Al reincorporarme era bastante notorio que había cambiado, todos se impresionaban al ver que le sonreía a todo mundo sin necesidad de ser forzada. Martín se sorprendió al ver que mi semblante apagado ahora se veía feliz, con vida.

Martín: si me permites decirte esto, te ves mucho más bonita cuando sonríes, había olvidado tu sonrisa

Malak: cómo te atreves a olvidar mi sonrisa, dime. ¿Qué tenemos para hoy?

𝑒𝑛𝑎𝑚𝑜𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑐𝑎𝑠𝑢𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora