CAP.50

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Llegó el día en que regresaríamos a Seúl, Marco se fue a parte para evitar ser visto por la mafia del señor Suk. Desearía poder acabar con esto pronto para poder pasar más tiempo con mi hermano sin que él esté escondido.

Al día siguiente de nuestra llegada era la fiesta de cumpleaños de Jun Pyo. Organizaron algo grande y con bastantes invitados y mis padres se tomaron la libertad de invitar a unos socios suyos.

En el avión todo estaba silencioso, iba a lado de Jun Pyo pero yo estaba en mi mundo, pensando en lo primero que haría al regresar. Quería visitar a Woo Bin y Yi Jeong pero no sabía cómo reaccionarían después de lo que nos dijimos la última vez. Me seguía hundiendo en mis pensamientos hasta que Jun Pyo me sacudió los hombros.

Jun Pyo: te estoy hablando desde hace rato. ¿En qué estás pensando?

Malak: ¿Crees que los chicos me odien?

Jun Pyo: no seas tonta, ellos no pueden odiarte por más que quisieran

Malak: no sé qué voy a hacer cuando los vea, talvez me esconda

Jun Pyo: ¿Ahora te volviste una cobarde o qué?

Volteé la mirada sin decir nada. Unas horas después el piloto anunció que estábamos a punto de aterrizar. Al estar ya en el aeropuerto tomé una de mis maletas y fui junto a Jun Pyo, el nerviosismo de estar de vuelta aumentaba. Nos despedimos de la presidenta y Jun Pyo y nos fuimos a casa. Al entrar lo primero que hice fue irme a mi habitación, desempaqué lo que llevaba en mi maleta y me recosté, miraba hacia el techo sin ningún pensamiento fijo, al poco rato me levanté y fui a comer algo en la cocina.

Luego de eso solo me la pasé en mi habitación, acomodando las cosas que me habían traído, me recosté en mi cama y me quedé dormida al instante. Al día siguiente me vestí y bajé rápido a desayunar.

María: ¿Vas a ir a la fiesta de Jun Pyo?

Malak: tengo que ir, es mi mejor amigo. Además, mis padres no dejarían que me quedara

Terminé lo que estaba comiendo y salí de la cocina para ir a mi habitación de nuevo, tomé un suéter y salí de la casa, subí a mi moto y me dirigí al restaurante de avena para hablar con Jan Di y Ga eul. Al llegar me detuve en frente y vi que estaban de espaldas, así que aproveché para entrar.

Malak: quiero probar el mejor platillo de este lugar

Al escucharme voltearon inmediatamente y se sorprendieron al verme llegar ahí, me acerqué a ellas y me senté en una silla.

Jan Di: ¿Qué haces aquí?

Malak: extrañaba venir aquí, quería saludarlas y también hablar con ustedes

Ambas pidieron permiso para hablar conmigo, nos sentamos en una mesa tranquilas pero ellas tenían su mirada fija en mí haciendo que me incomodara un poco.

Malak: iré al grano, quería pedirles disculpas. A ti, Ga eul, por haber cortado mi comunicación contigo y a ti, Jan Di, por no irte a ver cuando estabas en Macao

Ga eul: ¿Por qué lo hiciste? Yo entendía que estabas muy ocupada con tu nueva vida allá, pero aquí también queríamos saber de ti

Malak: falleció mi nana y no hice más que alejarme de ustedes. La depresión me llevó a tener cierta indiferencia por todo, no quería hundir a nadie junto a mí, es por eso que intentaba hacer que todos se alejaran

Jan Di: no tienes qué disculparte, Mal, había pensado lo peor pero ahora entiendo las razones por las que lo hiciste

Ga eul: siempre vas a ser nuestra amiga, nos has apoyado tanto

𝑒𝑛𝑎𝑚𝑜𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑐𝑎𝑠𝑢𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora