CAP.64

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La noche estaba a punto de caer, así que acababa de salir de bañarme, tomé la ropa que me iba a poner y me vestí. Estaba cepillando mi cabello hasta que escuché unos gritos.

Jun Pyo: ¡MALAK KANTÚN! ¡¿DÓNDE ESTÁS?! -tocó la puerta desesperado- ¡MALAK!

Malak: y de paso rompe la puerta, cabrón -abrí- ¿Qué sucede?

Jun Pyo: -entró a mi habitación- tengo que decirte algo

Malak: ¿Qué hubiera pasado si me estuviera cambiando, tarado?

Jun Pyo: deja esas tonterías de lado -se sentó en mi cama- ven conmigo

Malak: ¿A dónde? -me senté a su lado-

Jun Pyo: quiero que vayas conmigo a Estados Unidos -me volteó a ver- Malak Kantún y Gu Jun Pyo son mejores amigos y no se pueden separar. Somos uña y mugre, ¿lo entiendes? Si uno se va, el otro va con él

Malak: ¡¿Estás idiota?! -me levanté- ¿Por cuánto tiempo?

Jun Pyo: cuatro años más o menos

Malak: ¡¿QUÉ?! ¡¿TE VOLVISTE LOCO?!

Jun Pyo: no quiero estar solo allá -se tiró al suelo y me abrazó de la pierna- ¡Anda, ven conmigo! Dime que sí, por favor

Malak: ¿Y Ji Hoo? Tengo que decirle que me voy

Jun Pyo: tienes que apresurarte, yo ya se lo dije a Jan Di -nos sentamos y me dio una palmada en la pierna- yo sé que ese idiota te sabrá esperar, nos vamos mañana

Salió de mi cuarto y yo aproveché para llamarle a Ji Hoo, tomé mi celular y marqué su número.

EN LA LLAMADA.

Ji Hoo: cariño. ¿Qué sucede?

Malak: ¿Quieres salir a pasear al parque conmigo esta noche?

Ji Hoo: sabes que mi respuesta siempre será un "sí"

Malak: está bien, te veo al rato -colgué-

Martín: entonces, ¿te vas?

Malak: ¿Qué? ¿Te vas a poner a llorar porque ya me voy? No me voy a ir sola, voy con Jun Pyo y ahora que lo pienso... Quiero que vengas tú conmigo

Martín: desde ahora vas a tener más trabajo que antes

Malak: ¿Por qué dices eso?

Martín: firma esto

Malak: ¿Y esto qué es? -lo firmé- dime

Martín: felicidades, señorita Malak. Desde este momento eres oficialmente la presidenta de las empresas FLOWER y te conviertes en la cabeza de la dinastía Kantún

Lo miré sin poder creer lo que decía. Dejé los papeles a un lado y lo abracé.

Malak: y tú como mi secretario, tienes la obligación de acompañarme a Estados Unidos y adonde sea que yo vaya

Martín: tengo que hacerlo, allá hay muchos socios que mueren por hacer tratos con la empresa

Marco: tú no te preocupes por mí, yo como el vicepresidente de la compañía me voy a hacer cargo de los negocios que surjan aquí -se acercó y me abrazó- cuatro años es mucho tiempo, Malak. Quiero que te cuides allá

Malak: tú también cuídate mucho, hermano -lo abracé más fuerte- y recuerda que hierba mala nunca muere

Martín: creo que tienes una cita pendiente -sonrió- termina de arreglarte

Ambos me dejaron sola y cerraron la puerta al salir, terminé de cepillar mi cabello, me puse el anillo que mi padre me había dado y después el collar que Chayito me había regalado cuando recién llegamos a Corea.

𝑒𝑛𝑎𝑚𝑜𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑐𝑎𝑠𝑢𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora