CAP. 10

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Malak: nunca me daría pena hablar de cómo vivo -vi el reloj que él tenía dándome cuenta de la hora- ¡no manches! -dije en español-

Ji Hoo: ¿Qué dijiste? -frunció el seño-

Malak: que ya me tengo que ir, es muy tarde

Ji Hoo: pero, ¿te puedo volver a invitar a salir? -se tapó la boca- bueno, cuando tengas tiempo

Malak: ¿Te parece mañana? De todos modos no pienso ir a la escuela

Ji Hoo: me parece perfecto -sonrió- no tuvimos mucho tiempo de hablar, pero bueno, nos vemos mañana

Malak: sí, nos vemos mañana -dije ajitando mi mano en forma de despedida-

Me subí a mi moto y conduje hasta mi casa donde al llegar, me estaba esperando Julio con una sonrisa.

Malak: hola, Julio -le di un beso en la frente-

Julio: hola, Mal. ¿Adónde fuiste?

Malak: fui al parque y pues me encontré con Ji Hoo, un amigo

Julio: con que un amigo, ¿eh? -sonrió mientras alzaba las cejas-

Malak: ¿Qué insinuas?

Julio: pues no sé... Es raro, un "amigo" -sonriendo-

Malak: ni siquiera lo pienses, apenas si nos conocemos -apreté sus mejillas- ¿Qué hay de cenar?

Julio: tacos dorados, ¿quieres?

Malak: ¿Con quién crees que hablas? Claro que quiero, vamos -lo abracé por lo hombros-

Ya en la cocina comenzamos a comer mientras Julio decía tonterías haciéndonos reír a nosotras tres. Terminando recogimos la barra y lavamos los trastes, me fui a mi cuarto para darme un baño, me puse mi ropa para dormir y salí un rato al jardín. Al llegar me senté en el pasto a contemplar la pequeña laguna que había ahí mientras le lanzaba piedras.

Después de un rato sentí como alguien caminaba hacia mí, cuando me giré, vi a mi nana la cual al llegar, se sentó a mi lado.

Chayito: ¿Qué haces a estas horas aquí, mi niña?

Malak: solo quería relajarme un poco, nana -dije recostandome en su hombro- sabes que te quiero, ¿verdad?

Chayito: lo sé, mi niña, lo sé -acariciando mi cabello-

Malak: no sé qué haría sin ti, nana

Chayito: siempre voy a estar para ti, mi niña, nunca me voy a ir

Malak: te quiero

Chayito: y yo a ti, Malak

𝖭𝖠𝖱𝖱𝖠𝖣𝖮𝖱𝖠.

Ambas permanecían contemplado la pequeña laguna, pero no sabían que alguien más las estaba observando desde lejos.

SEBASTIAN.

Estaba paseando un rato por el jardín pero me detuve al ver a mi hija recostada en el hombro de Chayo. Al verla tan feliz y calmada me sentí de lo peor, no he sido un buen padre para ella, comencé a alejarla de mí desde que tenía ocho años y ya no aguanto el saber que por mi culpa estoy perdiendo a mi hija. Fui un tonto al querer golpearla esa noche, he intentado varias formas para recuperala pero es inútil. Quisiera saber cómo es su día a día, si está bien o mal. Sé que tardará en perdonarme pero no me rendiré, voy a recuperar a mi hija y recuperaré el tiempo perdido con ella.

Fui a mi cuarto y me senté en mi cama mirando hacia la nada.

Cris: ¿Qué tienes? ¿Te preocupa algo?

𝑒𝑛𝑎𝑚𝑜𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑐𝑎𝑠𝑢𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora