La puerta de mi habitación se abrió de forma suave dando paso a las pisadas suaves, casi imperceptibles de mi madre quien seguramente venía a comprobar que una vez más el tazón de cereal con leche que había dejado por la mañana estaba intacto, como sucedía todas las mañanas.
A pesar de no verla porque le daba la espalda, podía imaginar su ceño fruncido mientras sacudía la cabeza con desaprobación.
Probablemente ella sentía lastima de mí. La misma que yo sentía.
Las lágrimas picaron en mis ojos obligando a mis puños a restregarlas para que no cayeran. ¿Cuándo cesarían? ¿Cuándo por fin estaría seca?
Lleve mis manos hacia mi cabeza aferrándome a ellas con fuerza. No quería pensar más, no quería recordar y las lágrimas eran el recordatorio del dolor del como en una sola noche mi vida se destruyó. No comía una sola miga de pan y menos podía dormir, cada vez que cerraba los ojos mi mente me llevaba a esa noche, a él, la ira irrefrenable, el dolor y al final sus gritos.
Mi grito fue ahogado entre las almohadas, no podía más, a cada instante la muerte de Grace Bierley se repetía como una película en mi cabeza. No quería... ueria...eza. nte la muerte de Grace Bierley se repetia como una pelicula del dolor del como en una sola noche mi vida se detruypero ella no se detuvo.
"¡entiéndelo, es el o nosotras!"
¿Por qué tenía que pasar por esto yo? ¿Tan mala persona era?
—Ya basta Kristel—los brazos de mi madre tiraron de mi hacia ellos envolviéndome en su calidez—esto no puede seguir por más tiempo
"es un circulo que solo se cerrara con la muerte. ¿Quieres morir? Entonces mátalo"
—¿Cómo hago?—susurre después de varios minutos—¿Cómo saco el dolor y este rencor que llevo por dentro?
—el tiempo lo hará por ti
Tiempo.
Quise reír por la ironía pero nada salió de mi boca. Tiempo parecía ser que era lo que ya no tenia, lo único que deseaba era olvidar.
Todo estaba oscuro y la lluvia cayendo con fuerza empapo todo mi cuerpo haciéndome tiritar por el frio, tratando de entrar en calor me eche a correr esperanzada encontrar un lugar cálido en el que refugiarme. Mis piernas torpes se enredaron una con otra llevándome al suelo. Un agudo dolor me recorrió todo el cuerpo debido la caída, me quede por varios minutos con la frente pegada al concreto, por extraño que pareciera nunca antes algo había dolido tanto como ahora.
La lluvia se fue haciendo cada vez más fuerte, más helada se sentía como si pequeñas agujas de hielo traspasaran mi piel haciéndola arder.
—mujer torpe
Junto con las palabras unos zapatos masculinos se asomaron cerca de mi cabeza. Impulsándome con las manos hacia arriba para levantarme vi ese rostro de mirada perversa que me miraba hasta cierto punto enloquecido. Sin ser claramente consiente de cómo lo hice me puse en pie para salir corriendo lo más rápido posible.
Corrí tan fuerte como pude buscando un lugar en el que refugiarme, sin embargo como si todo se confabulara en mi contra por la tormenta el cielo oscureció pronto y todos los negocios pequeños de CovenVille cerraron.
Mi corazón latió acelerado debido a la rapidez con que iba y al mismo tiempo era presa del miedo que hacia palpitar cada célula de mi cuerpo al saberme perseguida por un hombre que solo buscaba una cosa de mí.
Un charco salpico cuando pase por el sin tener cuidado de no mojarme los zapatos, no tenían nada de importancia cuando estaba bajo la lluvia escurriendo de la cabeza a los pies. Limpiando las gotas en mis pestañas que no me impedían ver bien cruce la esquina de una avenida que ahora no me parecía familiar pero que a la vez se presentaba como mi salvación.