Susurros

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El salón de baile estaba oscuro, escasos rayos de luna se filtraban por entre los cristales de las altas ventanas de madera de cortinas con dosel, reflejando un circulo de luz en el centro de la lustrosa pista donde deberían estar bailando algunas parejas.

Mis rojos de taco resonaron con fuerza ante el silencio, al caminar al círculo que me hacía una muda invitación.

Una melodía tan suave como cuando se abre una caja de música inundo el silencioso salón, inevitablemente mis pies se movieron al compás de la música. Mi vestido blanco de volados giraba y se elevaba conforme a mis movimientos.

Nunca había sentido tanta libertad como la que estaba sintiendo en ese momento, solamente yo y nadie más. Quería bailar hasta que mi cuerpo no pudiera más por el cansancio, la melodía se detuvo.

No fue como cuando la música para porque la canción ya ha terminado, sino como cuando es cortada de pronto dejando una extraña sensación.

Extrañada por la sensación que me invadió gire mi cuerpo a la derecha, donde se escuchaban pasos.

En la oscuridad una silueta con forma humanoide se asomó de entre las sombras. La poca luz no me dejo verle la cara asique entrecerrando los ojos para verle mejor, sin embargo mi visión no abarco más allá de sus hombros, era como si un raro manto de misterio no me permitía hacerlo.

¿Quién era esa persona?

¿Uno de los invitados al baile?

El extendió un brazo hacia mí, invitando a tomar su mano, dudosa y con un deje de saber que ya le conocía di dos pasos hacia él.

Mis dedos estaban a corta distancia de tocar su piel, cuando la poca luz que había se fue, un viento tan helado como nunca antes sentí uno me erizo los vellos de la nuca.

—no lo hagas

El suave y dulce susurro de una voz femenina me hizo sobresaltar.

—¿Qué?

Con un poco de temor de ver lo que había tras mis espaldas me movi lentamente para ver a esa nueva persona que recién aparecia.

Las luces volvieron a encenderse, pero como había susediso con el muchacho, no pude ver su rostro, tan solo veía su ropa. Llevaba puesto un vestido de tela corriente en color gris, la falda la arrastraba hasta el piso. El estilo de sus ropas no concordaba con lo que las chicas vestían en el año 2013 y mucho menos lo hacia el que estuviese roto y manchado de ollin.

—no se lo des susurro de nuevo

—me pertenece—refuto el muchacho

— ¡Es nuestro!—el grito de esa mujer me hizo estremecer—si se lo entregáis lo lamentareis

—me pertenece a mi

— ¡no!

¿De que hablaban?

Los dos personajes se enfrascaron en una riña sobre si debería entregar o no algo que ni siquiera sabía que existía.

¿Podía estar en una situación más absurda?

No lo creo.

El tintineo de una gota de agua cayendo al piso distrajo a los que discutían.

¿Qué fue eso?

Un nuevo tintineo se escuchó.

Fruncí el ceño, extrañada, moviendo la cabeza en todas direcciones para buscar la fuente de tal sonido, pero no había ningún grifo cerca, y a fuera no llovía para decir que se trataba de una molesta gotera.

Wicca: Love Red MagicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora