Después de lo sucedido con Dereck ninguno de los dos dijo nada. ¿Qué podía decir? ¿Bésame más?
Eso no.
Me quede sin moverme, esperando a que fuera el quien hiciera el primer movimiento. Giro en el suelo haciendo que mi espalda quedara contra este para luego tomarme de la cintura y ponernos a ambos de pie.
Me sentí indignada cuando después de unos segundos me empujo de su lado como si fuera una araña ponzoñosa capaz de hacerle daño.
¡Maldito idiota!
Primero me besa y después me rechaza.
—¡auch!
Dereck se dio media vuelta al escuchar mi queja, tropecé de nuevo. Sus penetrantes ojos azules aun acusando por lo pasado minutos antes, un hecho del cual los dos participamos.
¡Yo no se lo pedí!
Pero tampoco te negaste, recrimino mi subconsciente.
¿Hubiera hecho eso si Grace estuviera presente?
Posiblemente.
No es cosa que me importe, pero por todo el plantel se comentaba que él le ponía el cuerno con cada falda que pasara, incluso frente a ella; así que de seguro lo hubiera hecho, aunque con mi suerte esa chica me cortaba el cuello.
—caminas o quieres que te cargue—refunfuño el chico al ver que no me movía
La propuesta era tentadora, pero no aceptable.
— ¿A dónde me llevas?—pregunte, cuando traspasamos más allá de los arboles
—con Jack el destripador
— ¡¿Qué?!
—obvio que no, estúpida
—conociéndote, eres capaz idiota
Ese era capaz de invocar a satanás solo para asustarme.
—solo camina
Seguimos caminando conmigo refunfuñando por cada cosa.
—Si me pica un bicho será tu culpa—lo acuse
—si te pica, te pica y ya
De nada valieron mis quejas, no me escucho y me obligo a seguirlo.
—¿Qué es aquí?—pregunte al verme en un lugar que no conocía.
Por dónde íbamos era una especie de lugar apartado, a varias manzanas de terreno, habían varios cuartitos sucios, llenos de hollín y viejos en donde había mobiliario arruinado, incluso la tierra en donde hubo una vez pasto estaba quemado; la tierra mezclada con cenizas y restos de carbón, los pocos árboles quemados hasta la mitad, el fuego lo había destruido todo.
Trague saliva con dificultad, todo se estaba deformando sobre la espalda de Dereck. Varias ondas se crearon, que se convirtieron en flamas que se alzaban con vigor al azote del viento. Eso no fue lo que me hizo hiperventilar, si no la chica.
Una chica estaba atada de pies y manos en un poste que ardía mientras ella susurraba macabramente.
—no lo hagas
Eche para atrás mi cuerpo al verla a centímetros de mí.
¿Cómo es que...
—por favor. No lo hagas, por favor
Sus susurros eran como escuchar aquella canción que decía "un, dos, tres, Freddy viene otra vez", escalofriante, erizándome los vellos de la nuca y los brazos.