Me sentí tímida y avergonzada al sentir todas las miradas de mis compañeros sobre mí.
Trague con dificultad a ver sus expresiones.
Mire hacia mi derecha para toparme con la mirada sorprendida de Ashley, su frente marcada por diminutas arrugas denotaba su molestia por mis palabras, a mi izquierda Marck, se veía impasible e irritado.
Sentí un poco de remordimiento por romper la promesa de no decir a nadie acerca de que conocía tal nombre, sin embargo cuando quise refrenarme, no pude, fue como si mi lengua hiciera todo por si sola sin, sin preguntar.
— ¿De dónde sacaste eso?—pregunto Dereck a mi lado, parecía muy interesado
—mmm
— ¿Qué has dicho, señorita Murrey?
Por la cara de desconcierto de la Sra. Lakewood, ella tampoco se esperaba que alguien preguntara algo como eso.
Me erguí en el asiento, mejorando mi postura.
— ¿podría... podría decirme que es el Dominio?
La mujer alzo una ceja castaña, me miro como si acabara de crecerme otra cabeza. Giro sobra los talones, tomo un trozo de tiza blanca del escritorio dirigiéndose al pizarrón.
Con letras grandes y prolijas escribió "DOMINIO"
—El Domunium o Dominio, es uno de los objetos mágicos más poderosos que existen, —dijo—o eso cree. Se dice que fue creado por Aradia, cuando los humanos a los que enseño el arte de la magia corrompieron sus espíritus. No lo utilizaría a menos que fuese necesario, pero ya nadie era puro de corazón ni merecedor de las artes ocultas. —junto ambas manos como si fuese a rezar— tomo todo el poder de vuelta, conteniendo lo en el amuleto. La leyenda cuenta, "aquel que posea el DOMINIO, tendrá el poder en sus manos, el control de la luz y de la oscuridad.
Magia negra y blanca.
— ¿Dónde ahora está ahora?
—eso nadie lo sabe—respondió la mujer—aunque hace mucho tiempo existió una familia—siguió—al parecer la única que no sucumbió ante el poder del amuleto, por ello la diosa, de entre todos ellos escogió a una mujer como guardiana del objeto, una que sería escogida por el mismo amuleto. Pero así como las flores se marchitan, también lo puro se ensucia
—Puede explicarse—pedí
—una como nosotras—dijo—la última guardiana se perdió, cometió los actos más crueles y despiadados, que terminaron por llevarla a su destrucción
En ese momento, mi respiración se hizo más lenta y pesada. El sudor cubrió mi frente y cuello, dándome la sensación de cosquilleo por toda la piel.
—la quemaron viva—susurro Dereck en mi oído
A mi alrededor todo se había vuelto confuso, ninguna de las personas frente a mí era reconocible, tampoco el lugar, era viejo, como salido de una película de época.
El calor sofocante y los gritos aturdieron mis sentidos, haciéndome ahogar.
— ¡pecadora!
Suplique por ayuda, por alguien que me diera una gota de agua para calmar la sed, rogué porque me liberaran del poste que ardía en llamas conmigo, pero nadie acudió a mí.
—tu vendrás conmigo
El calor aumento a 100ºc grados más antes que todo el lugar ardiera en llamas.
Desperté con un dolor agudo en el pecho, asustada y confundida.
¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado?