Epilogo

206 18 8
                                    

Conté cada uno de los pasos que daba, hasta ahora eran cincuenta pasos avanzados hacia el lugar que sellaría mi destino. Respire con profundidad sintiendo una suave brisa barrer mis cabellos.

vamos

Tomando con fuerza su brazo para infundirme valor asentí antes de continuar avanzando.

Cuando ya estuve más cerca todos aquellos que llegaron antes que yo se pusieron en pie para recibirme, cada uno con una sonrisa de bienvenida en sus rostros.

—¿Eso es lo que quieres?—pregunto de nuevo—¿es que no le escuchas?

Lo hacía, podía escuchar claramente su voz desesperada pidiéndome volver a él, rogando que despertara, eso solo hacía que mi corazón dolieray se rompiera por la necesidad. Quería hacerlo, mi alma anhelaba estar junto a él pero no podía hacerlo.

No lo haría.

Hacerlo significaría pasar pensando cada día en que momento me lastimaría de nuevo, vigilando mi espalda esperando a que me atacara y para mí eso era peor que la muerte. Seríamás doloroso para ambos.

—¿Aqué le tienes miedo?—pregunto

—a todo. A que se repita otra vez

—no tiene porque, ¿no lo crees?

—es el o yo, pero no ambos—recite las palabras que ella dijo una vez

 

—todo estará bien—susurro en mi oído

—no tiene por qué ser tu destino. Cuando los humanos nacen se les asigna una vida que vivir sin embargo aún poseen  libre albedrio.Analía—susurro—el que ellos no lograran la felicidad no significa que si deba ser para ti

¿Era posible que eso fuera cierto? ¿Realmentepodían alcanzar lo que ellos no? Ella había dicho que eso era imposible, porque era parte de nuestras naturalezas el traicionar más sin embargo, esta mujer a mi lado, aquella a la que nosotros rendíamos culto, la diosa de la luna me decía lo contrario.

¿Qué debía hacer?

—si no cicatrices que hayan sido causadas por el amor difícilmente podrán saber lo que en el futuro les espera. Entonces dime, ¿regresaras o no?

Un paso más y él se giró para verme. Su intensa mirada azul choco con la míaprovocando una serie de sensaciones que lleno mi cuerpo con la esencia que muchos llamaban amor, y en efecto, yo estaba loca e irrevocablemente enamorada del hombre vestido de traje que esperaba mi llegada al final del altar.

—te amo, Kristel—susurro mi madre depositando un beso en mi mejilla cuando al fin estuve con el

—y yo a ti, mama

La mujer de rojo que ejercía de sacerdotisa sonrió con simpatía indicándole a Dereck que tomara mis manos y besara mis mejillas antes de iniciar la ceremonia.

—quiero quitarte ese vestido—susurro en mi oído al separarse haciendo que sonrojara de inmediato

Suspire con desgano. Sabía que en vano me esmeraría en escoger un vestido perfecto para mi perfecto día, al final mi vestido de novia terminaría hecho pedazos nuestra primera vez como un solo ser, mis mejillas ardieron más profundamente de solo pensarlo logrando que en mi vientre se anudara el deseo y que mi cuerpo pidiera a gritos que su hombre lo poseyera.

Después de aquella noche que no lograba recordar por completo al abrir mis ojos me encontré con el dolor palpable del hombre que amaba el culparse por lo sucedido, un gesto que cambio a uno rebosante de agradecimiento y amor cuando se dio cuenta de mi calor, en ese instante supe que no podía haber tomado mejor decisión que volver a sus brazos.

Wicca: Love Red MagicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora