Narra Vanessa Phantomhive.
Ser condesa es un ASCO. Es puro firmar papeles, ir a reuniones, fiestas y bla bla bla. Bueno, no voy a negar que hay parte buena, como por ejemplo, mucho dinero, sirvientes. Pero, no me gusta mucho esto de los lujos. ¿Razón? Me aburro. Quiero hacer cosas, como trabajar y conseguir el dinero por mi cuenta. Bueno, a lo que me refiero es que quiero trabajar con mis propias manos, y no dirigir una empresa con mi hermano.
Quiero a mi hermano, pero ya me tiene harta con que se encierre en su oficina y la única persona que puede entrar es el idiota de Sebastián. Aunque Ciel es un poco serio, no puedo negar que es medio... Como decirlo... Imbécil. Y no, no es broma. Aunque, si es sobreprotector, sabiendo que soy la mayor y que eso tengo que ser yo.
Ok, sigamos. Normalmente, estoy en la biblioteca. Aunque, justo ahora, estoy en mi habitación. Esperando que alguien venga en mi auxilio y se lleve mi aburrimiento... Como si me leyeran la mente, alguien toca la puerta.
-¡Pase!- Digo elevando mi voz, para que ese "alguien" entre a mi habitación. Sebastián abre la puerta y justo en ese instante, por primera vez en mucho tiempo, me alegro de verlo.
-Señorita, el amo Ciel la llama a su oficina- Sonrío y me levanto delicadamente, para no pisar el vestido. Salgo de mi habitación y Sebastián me sigue detrás de mi. Entro a su oficina, y como siempre, está media oscura, lo único que ilumina esta habitación son los pequeños rayos de sol que entran por la ventana, anunciando el atardecer.
-¡Hermanito...~!- Digo y lo voy a abrazar - Tanto tiempo que no te veía, me tenías preocupada. Pensé que Sebastián te tenía secuestrado y...
-Eres una exagerada, nos vimos ayer en el desayuno. Y Sebastián no me tenía secuestrado, solamente estuve contestando cartas. Por cierto, un conde de Alemania ha mandado una carta pidiendo tu mano.
-Es de esperarse. Ese idiota presumido lo único que quiere es joderme la vida. Solamente hablamos en la fiesta de mascaras. Y lo único que le dije fue hola y adiós- Le respondo a mi hermano. Él me mira elevando una de sus cejas.
-Entonces, ¿no quieres?- Me pregunta.
- ¡Fíjate que sí, idiota!- Digo con sarcasmo, cruzando mis brazos sobre mi pecho.
-Bueno, no quieres. Igual no me caía muy bien él. Como dijiste, es muy presumido. Sebastián, ¿puedes traer té?
-Si, amo- Dice y se va de la habitación a preparar el té.
-¿No pasó ya tu hora del té?- Pregunto, con una sonrisa de lado.
-Necesito otro, eso es todo. Ah, el príncipe de India te ha invitado a una fiesta. Me dijo que no tenía nada que hacer y por eso decidió invitarte.
-¿A ti no te invitó?- Pregunto ceñuda a mi hermano, porque se me hizo raro que él no lo haya invitado, cuando a el príncipe le cae bien Ciel.
-No, si me invitó. Pero, no voy a ir y tú vas a ir en mi lugar- Sonríe sin mostrar los dientes.
-¿Todo sin mi permiso?
-Exacto. Sebastián te va a acompañar- En ese momento, entra el ya nombrado a la oficina. Con un carrito con té, dos tazas y un plato con galletas.
-Ciel, no soy ninguna niña...
-Sebastián tiene que hacer algo por mí en India, por eso irá contigo. Sé que no eres una niña, tienes 20 años. Igualmente, él tendrá que cuidarte- Aunque le diga un millón de veces a Ciel que sé cuidarme sola, igual Sebastián irá. Miro al mayordomo, que está sirviendo el té. Sebastián siente mi mirada en él y dirije su vista a mí y me sonríe. Yo me aclaro la garganta.
-Bueno. Igual no importa cuantas veces te lo diga, vas a mandar a Sebastián conmigo. Como sea, -Agarro la tasa de té, ya servido, y sigo- ¿ya hablaste con Mei-Rin acerca de la habitación de invitados?
-Sí. Pero, terminó rompiendo una cortina y Sebastián tuvo que hacer lo demás- Ciel toma un sorbo de su té, mientras lee la primera página del periódico.
-¿Algo nuevo?- Pregunto.
-No. Lo mismo que la semana pasada- Me responde, dándome el periódico. Yo casi escupo el té, cuando leo uno de los tantos artículos.
-Este idiota... Ya le dije que no- Ciel está a punto de preguntarme de que hablo, cuando me adelanto- El imbécil del príncipe de España, me pidió matrimonio públicamente, el mes pasado le dije que no. Me cae bien y todo, pero no me voy a casar con él- Ciel casi se ríe, pero como ve que estoy enojada, no lo hace.
-Rechazalo de nuevo- Me sugiere. Aunque sabe que si le digo que no públicamente, va a pasar tremenda humillación.-No lo voy a rechazar, pero tampoco le voy a decir que si. Lo voy a ignorar.
-Si me permite, señorita Vanessa- Dice Sebastián y yo asiento- Creo que sería muy descortés.
-En eso tienes razón, Sebastián. Pero, tampoco voy a decirle que sí.
-Entonces decile que no igual. Puede que lo humilles, pero, si no quieres, el príncipe lo tendría que entender- Dice Ciel, con una galleta en la mano.-Sí, tienes razón. Mañana mismo, voy a estar escribiendo la carta.
-Mañana no. Mañana tienes que irte. La fiesta es el fin de semana, todavía tienes que instalarte allá y el viaje es largo- Habla como si nada mi hermano y yo lo miro uniendo mis cejas.
-¿Y me lo dices recién? Tengo que preparar las maletas y...
-Ya lo hice yo, señorita- Sebastián habla, como si ya estuviera todo planeado. Le agradezco y le digo a mi hermano que se me hace tarde, que tengo que descansar y me despido. Me dirijo a mi habitación y cierro la puerta, apenas entro. Y, efectivamente, Sebastián me hizo la maleta. Me quito el vestido y me pongo el camisón. Me siento en frente del espejo, me desarmo la coleta y me cepillo el cabello.
Me levanto de la silla, yendo a mi cama, para poder dormir. Me acuesto y me doy media vuelta. Miro a través de la ventana de mi habitación. Y, mirando ese hermoso cielo color negro, me duermo profundamente.
( ˶ ❛ ꁞ ❛ ˶ )
Hola, banda. ¿Que onda? ¿Todo bien?
El nombre del personaje es Vanessa, pero si no les gusta, puedes usar el que quieran :D
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˜"*°•.˜"*°• My lady •°*"˜.•°*"˜ [Black Butler & Tokyo Revengers]
FanfictionLa condesa Vanessa Phantomhive... Es sumamente preciosa. La condesa mas hermosa de Europa, según muchos. Ella es tan... Buena. Mucho para ser real. Se diría que salió de un cuento de hadas. Para muchos hombres, su mujer deseada. Para muchas mujeres...