Cap 29

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∆Presente∆

Narrador omnisciente.

Sebastian Michaelis. Un mayordomo de la familia Phantomhive. Quién diría que un maldito demonio sentiría algo por una humana. Una mortal.

Una pelinegra, de cabello largo, toma un sorbo de café, leyendo un libro. Su ahora esposo, sentado frente a ella, la mira, cruzándose de brazos.

-Cariño, no me has hablado en todo el día. ¿Te enojaste conmigo?- Vanessa eleva su vista, mirando a Sebastian.

-Sabes que sí, Seb.

-¿Por qué?- Vanessa suspira y deja el libro encima de la mesa. Se levanta, se dirige a dónde se encuentra Sebastian y lo agarra del cuello de la camisa.

-¿Como que por qué, Sebastian Michaelis? ¡Mandaste a Mei-Rin a Londres, cuando yo la necesito aquí! ¡Y no solo a ella, si no que a Bard y a Finny también! ¿Sabes como me siento?- La joven zarandea al pelinegro.

-Cielo, ya te dije... Era necesario. Ellos volverán dentro de poco, tú no te preocupes. Por mientras estoy yo y...

-No me interesa- Sebastian ríe.

-A ver, sientate aquí- El alto palmea sus piernas. Vanessa hace lo pedido y se cruza de brazos- Mi lady, Mei-Rin, Bard y Finnian vendrán dentro de unos días. Si Claude no te hubiera encontrado en el avión, ahora no estarías aquí. Es algo sumamente peligroso.

-¿Sabes con quién carajo hablas?- Vanessa vuelve a agarrar a Sebastian del cuello de la camisa.

-Si, pero déjame terminar. Ellos son fuertes y se saben cuidar. Si tu preocupación es esa, ya te voy diciendo que son fuertes y...

-Si, ya cállate- Vanessa cubre la boca de Sebastian con una mano.

El pelinegro eleva una ceja y muerde ligeramente la mano de la menor.

-No me mandes callar, ¿si?

-¿O qué, poste?

Sebastian apoya la espalda de la mujer en la mesa, enrollando las piernas de Vanessa en sus caderas y subiendo ambas manos de la pelinegra por encima de la cabeza de ésta.

-Ah... Que idiota eres- Vanessa ríe. Ella se muerde el labio inferior y hace circulos con su cadera.

-¿Yo idiota? Por favor...

Sebastian carga a la chica como koala y van a su habitación y cierran la puerta con cerrojo.

-Oye... No- Dice Vanessa, cuando el pelinegro la deja en la cama, abriendo las piernas de la chica y acomodándose entre ellas.

-¿Por qué no?- Sebastian recorre con la punta de sus dedos el cuerpo de la chica, dejando besos por el cuello de la joven.

-Seb, están las cocineras y...

-No importa...

-Importa si, Seb. Escucha, la última vez, nos escucharon y...

-Ni que me midiera tres metros- Sebastian aprieta un pecho de la joven cual antiestres. Un pequeño gemido se escapa de los labios de la chica.

˜"*°•.˜"*°• My lady •°*"˜.•°*"˜ [Black Butler & Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora