Más problemas

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Había pasado una semana desde que Christine y Kat se conocieron, las cosas no iban tan mal como pensaba. Tenían una especie de guerra fría lo cual era un tanto fastidioso, aunque divertido.

-Wow, ¿Así de mal están las cosas?-pregunto Evangeline mientras tomaba un trago de su soda, solíamos reunirnos cada cierto tiempo, ya fuera por costumbres o por mero desahogo mutuo. Nos habíamos hecho grandes amigos desde que nos conocimos aquella vez en el parque, y me alegraba el tenerla como amiga, era muy relajante el estar a su lado. Supongo que debe de ser por ese parecido que tenía con mi madre, lo cual me hacía estar en calma.

-Y en sima de todo, la chica se te declara y la novia se te muda.-dijo y luego soltó una carcajada.-Amigo, tu vida parece una mala comedia.

-No me lo recuerdes...-murmure tomando un poco de café, aun no se me había ido del todo esa costumbre extraña de comer según el clima.-¿Qué se supone que haga?

-Oh, vamos. Ambos sabemos la respuesta a esa pregunta.-dijo con una sonrisa para luego morder su sandwich. La mire arqueando una ceja.-A ver, ¿En qué circunstancias nos conocimos?

-No me lo recuerdes, Eva.-suspire y tome un sorbo de mi café.

-Exacto. ¿Y por qué esta pasando todo esto?

-No lo se. ¿Por qué?-ella me miro con cara de "debes de estar bromeando" y luego suspiro, lo cual me hizo reír por dentro.

-Estas peleando contigo mismo, amigo. Y ni siquiera es una pelea justa, ¿Recuerdas lo que te dije cuando me presentaste a Kat?

-¿Te vas a arrepentir de esto?-dije dudoso.

-¿Y qué haces en este momento?-cuestiono con una ceja arqueada.

-Me estoy arrepintiendo...-suspiré.

-¿Y sabes porque es?

-¿Por qué?-la mire con una sonrisa, aunque con los ojos apagados.

-Estas obsesionado con Christine, sales con chicas que se parezcan a ella, ya sea en lo físico o en lo mental. Y te castigas con eso, hermano, tu solo has amado a Christine... Para ti no hay nadie más, lo has dicho muchas veces.

-Lo se pero-

-Pero eres demasiado bueno como para terminar con una chica, y mucho menos, después de lo que paso con Layla.-me interrumpió, dejándome sin nada que decir.-Termina con Kat.-agrego al final.

******

Era casi medio día cuando llegue a casa, solo para encontrarme con otra pelea.

-¡Ya me canse de esto!-se escucho a Kat gritar.-Michael, o se va ella o me voy yo-dijo cruzándose de brazos. Suspiré.

-Kat, no puede irse. Es mi responsabilidad, te guste o no.-dije mientras caminaba a mi estudio.

-Entonces me voy yo.-dijo mientras me seguía.

-No estas obligada a quedarte, lo sabes.-dije mientras me sentaba y encendía mi laptop, no volteé a verla pero ya podía imaginarme su expresión.

-¿Cuanto tiempo se quedara?-pregunto resignada mientras se sentaba en mi sillón de lectura.

-Hasta que se acaben las vacaciones, o, hasta que decida irse.-me encogí de hombros, y ella suspiro.

-El piano que esta en la sala, ¿Es decorativo o qué?-pregunto tomando un libro.

-Solía tocarlo, pero luego tuve un accidente y le perdí el cariño.-dije algo nostálgico, y triste al recordar lo ocurrido.

Como odio ser su hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora