12. Reclutamiento

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—Che, Hakkai, ¿no estarás ojeado ya?

—Basta Nahoya —se quejó el aludido, esforzándose en vano por evitar que se enrojezcan sus orejas.

Bajo el pretexto de ayudar a promocionar la confitería, Mitsuya le había sugerido a Hakkai un descuento para ir a merendar con sus amigos, a cambio de subirlo a alguna red social.

Su coqueteo, aunque sutil, era tan inconfundible que los chicos miraban boquiabiertos cómo Hakkai parecía no detectarlo en absoluto, incluso aunque se volviera una pila de nervios cada vez que Takashi le hablaba.

Hakkai interpretaba las ofertas, las promociones, e incluso las respuestas a sus historias desde la cuenta personal de Mitsuya, como un simple gesto de buena onda, y quizás una inversión: tenía un buen número de seguidores, y no sería sorpresa que llamara la atención de quien quisiera algo de publicidad.

Como si eso fuera poco, la otra cuestión que sorprendía al grupo de Hakkai era la calma con la que Mitsuya digería sus propios comentarios sugerentes ignorados. Colectivamente, compartían una misma incógnita: "¿No se cansa?"

Aquella tarde, Mitsuya los había recibido con una sonrisa, les había asignado una mesa cerca de la zona más decorada e incluso había colocado un difusor de aromas para completar el ambiente.

Takemichi se encontraba visiblemente deleitado, mirando boquiabierto los pequeños detalles decorativos como si fuera un nene en una juguetería.

Chifuyu reía apenas ante la imagen de su amigo, pero también observaba los alrededores, con más compostura.

Para Mikey, aquello no era en verdad su estilo; prefería otro tipo de lugares, más cercanos al taller de Draken que a la cafetería de Mitsuya. Sin embargo, disfrutaba del aroma artificial a vainilla, que se distinguía del natural proveniente de algunas masas y pasteles, pero coexistían en una extraña armonía.

Angry se hallaba tan absorto en los alrededores como Takemichi, sólo que llamaba mucho menos la atención. Smiley se concentraba en Hakkai y el desastre de nervios que era su amigo cada vez que la suave voz de Mitsuya resonaba en los alrededores.

—Ah, me acordé de algo —comenzó Angry—. Los chicos me invitaron a una joda, y me dijeron que podía traer amigos, ¿quieren venir?

—Pará, pará, pará. ¿Qué "chicos"? ¿No somos nosotros Los Chicos? —reprochó dramáticamente Hakkai, hallando finalmente algo más en lo que concentrarse, y formulando una sospecha en su cabeza sobre de quiénes podía estar hablando su amigo.

—Eso, ¿qué chicos? —el tono de Mikey era de genuina duda. Angry no había tenido ocasión de contarles nada a Mikey, Chifuyu o Takemichi.

—Ahhh, no les conté. Bueno, me hice... amigo de una pareja, y...

Los tres estaban expectantes, esperando detalles.

—...nada, me invitaron a una joda. ¿Quieren venir?

Sus expresiones decepcionadas sacaron una carcajada de los labios de Smiley. Hakkai miró instintivamente hacia Mitsuya, temiendo que lo hubiese escuchado, como si ese temor tuviera fundamento alguno. Lo único que consiguió como resultado fue un cruce de miradas, una sonrisa suave y algo compasiva por parte del otro, y sus propias mejillas hirviendo.

—Sí, pero, ¿qué onda la pareja esa? —insistió Chifuyu, interesado— ¿Son los pibes que te estabas apretando esa vez?

—¿Qué pibes? ¿Alguien se estaba apretando a Angry? —Takemichi finalmente había dejado de hipnotizarse por el extraño formato de una planta para concentrarse en la charla.

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