26. Qué Suerte Que Nunca Me Fui

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les recomiendo que escuchen la canción que nombro, posta es muy linda !! La tengo reservada para este capítulo hace MESES qué belleza
disfruten ♥



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Al cabo de un mes, Chifuyu Matsuno y Keisuke Baji tuvieron una cita.

La mañana de domingo estaba siendo gentil con ellos. Llevaban cuatro días de iniciada la primavera, y los rayos de sol se colaban entre los árboles frondosos de los bosques de Palermo.

La idea de comenzar de nuevo resultó más divertida de lo que habían imaginado. Disfrutaban de haber recuperado las conversaciones y las risas, y de haberse encaminado a deshacerse lentamente de las incomodidades. Algunos días tenían conversaciones serias sobre lo que habían hecho, qué había dolido y cómo evitarlo a futuro, y si bien aún les costaba trabajo abrirse del todo, ambos eran conscientes de la fuerza que tenía su confianza mutua.

No obstante, en general, se comportaban como adolescentes con cursilerías y regalos, chistes compartidos, miradas cómplices, y podían pasar poco tiempo sin estar uno encima del otro.

La realidad era que la segunda oportunidad que se habían dado había sido una apuesta. Y parecía que estaban ganando.

Cuando se encontraron para su cita de picnic, rieron por lo tonto que era todo. Lo sabían, y precisamente por eso lo estaban disfrutando. Llevaron todo tipo de comida, bebida, un clásico mantel a cuadros, e incluso Chifuyu había cocinado galletitas de avena. Baji quedó deleitado.

—¡No puede ser! Yo no te traje nada, perdoname.

Chifuyu rió. —No hacía falta, salame. Traje comida porque quise.

—¡No, no! ¡Sí hace falta! Mirá, es temprano todavía. ¿Querés que almorcemos en mi casa? Te cocino.

—Naa, no te vas a poner a cocinar...

—¡Te cocino! —exclamó Baji, entusiasmado. Hizo reir a Chifuyu otra vez.

—Está bien —accedió.

Lo que quedaba de la mañana transcurrió en un abrir y cerrar de ojos. Estaban dejando atrás los malos recuerdos, reemplazándolos por la confianza, la sensación de estar empezando algo, y el hecho innegable de que, en realidad, se conocían hace tiempo. Se sentían casi embriagados con la naturalidad en la que sus mentes conectaban.


Alrededor de las once de la mañana, luego de esperar diez minutos en la parada de colectivos, lograron subirse al que los llevaría hacia la casa de Baji. Encontraron dos asientos vacíos, los ocuparon, y Keisuke propuso escuchar música, con un auricular para cada uno.

—¿Vas a poner Miranda? —quiso saber Chifuyu, mientras tomaba el auricular que Baji le estaba ofreciendo.

El otro rió mientras buscaba su playlist, y finalmente seleccionó una canción en particular. "Enamorada."

Chifuyu no conocía esta canción y se sorprendió con lo tranquila que parecía, pero lo que lo cautivó de inmediato fue la letra.

Se quedó mirando a través de la ventana, escuchando la voz de Julieta Gattas sobre un tranquilo ritmo de pop.

Al llegar el estribillo, Chifuyu ya se había convencido de que la canción estaba hecha para ellos dos.

"Como de repente todo se ha ordenado
desde que has llegado mi vida cambió"

Mientras la letra comenzaba a ocupar su cabeza, tomó la mano de Baji.

"Ya no soy la misma que tu conociste entonces
Ahora estoy mucho mejor"

Baji entrelazó sus dedos, y apoyó la cabeza sobre la de Chifuyu.

"Porque me di cuenta que tuvo sentido
Haber recorrido lo que recorrí
Si al final de cuentas él era mi recompensa
Qué suerte que nunca me fui"

Chifuyu apretó con fuerza la mano de Baji, sin moverse de su lugar. Cerró los ojos y respiró profundamente. Qué suerte que nunca me fui...


Aquel mismo domingo, Kazutora preparando la cena en su casa cuando llegó un mensaje al grupo de WhatsApp de sus amigos.

"CHICOS, LE PREGUNTÉ SI NOS PONÍAMOS DE NOVIOS Y ME DIJO QUE SI" leía el mensaje, seguido de un sticker.

Era Baji.

Kazutora redactó un breve mensaje de felicitación, honestamente aliviado con que todo estaba mejorando entre sus dos amigos, pero sintió que algo se rompía dentro de él.

Se había acercado a Chifuyu desde que él y Baji habían retomado las cosas. Más puntualmente, Chifuyu se había acercado a él, aclamando que había conseguido la valentía necesaria gracias a él. Kazutora continuaba repitiendo que no era nada pero, de todos modos, el agradecimiento siguió llegando, y así obtuvo un amigo más.

Tenía dobles razones para estar feliz, y lo estaba. No obstante, sentía que también tenía dobles razones para estar triste, y ese pensamiento lo confundía. Ya había perdido la cuenta de la cantidad de cosas que lo confundían.

Dejó el teléfono y se dedicó a remover el guiso que estaba preparando.

Decidió que, pasara lo que pasara, él estaría feliz por sus amigos. Feliz y nada más.


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Notas:

SE TERMINÓ estuve escribiendo a la velocidad de la luz ayer y hoy para poder terminarlo hoy 30 de julio que se cumple un año de la fecha en la que lo publiqué, Y SE PUDO!!!
De verdad estoy muy contenta y muy agradecida con toda la gente que me estuvo leyendo y dejando comentarios, pasaron muchas cosas en el transcurso de un año y me alegra que hayan seguido firmes junto al pueblo (el pueblo = el profe)
Espero que les haya gustado el final, no prometo empezar ya con la 2da parte porque necesito descansar un poquito pero seguro sea más corta, eso sí.
Les quiero mucho ♥ Y mención especial a mi novia que me bancó TODOOOOOO la amo, muak

El ProfeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora