Cómo andaaaaaan les traigo 🤲🏻 otro capítulo, que lo disfruten <3
La calle Corrientes brillaba a pesar de la oscuridad del cielo, y el Obelisco se cernía firme, vigilando dos grandes avenidas.
Sorprendía ver los alrededores con tan poca gente, siendo que los carteles luminosos atenuaban la sensación de que se encontraban en mitad de la madrugada.
Koko miraba sin ver a través de la ventana, aún sintiendo cómo su labio latía a causa del golpe, y aún así era, sin lugar a dudas, lo que menos le dolía.
Mientras más tiempo aguardaba a que Inupi subiera con su bandeja, más deseaba un par de golpes más, con la certeza de que ese sería un dolor que sí podría soportar.
—Hola —saludó Inupi torpemente. Koko, en su estado normal, le preguntaría con una sonrisa socarrona por qué saludaba, si se habían visto hacía diez minutos.
Ahora, sólo pudo responder con un "Mm", antes de continuar hablando.
—¿Quién va a empezar? —inquirió Kokonoi, mientras vaciaba las papas fritas en la tapa abierta de la caja de la hamburguesa.
—Mirá... creo que deberíamos comer primero —Inupi ya no tenía tanta valentía.
—Ni se te ocurra.
Koko acompañó esta endeble amenaza con una mirada de reojo que le recordó a Inupi, aunque fuera por una fracción de segundo, lo que solía ser su amigo. Hajime Kokonoi golpeado, triste y apagado, sencillamente, no era Hajime Kokonoi.
Seishu suspiró derrotado.
—Me... no. Me vas a cagar a puteadas si te pregunto eso. A ver...
—Preguntá —urgió.
—Koko...
—Preguntá.
—Bueno... bueno. Me gustaría saber —carraspeó— qué fue lo que te hizo enojar en un principio.
Kokonoi sintió como uno de sus ojos temblaba.
—¿Posta me estás preguntando eso?
—¡Te dije!
—¡No esquives el tema!
—Mirá, yo ya sé que me dijiste cosas esa vez, pero la verdad que no fue suficiente información, y encima estabas en pedo. Me dejaste confundido.
—Pero la puta madre...
—Eu, escuchame —Inupi decidió ponerse firme; de otro modo, no llegarían a ningún lado— Creo que en el fondo sabés que tengo razón. Dijiste cosas, pero tampoco dijiste todo. No es un reproche, pero posta me quedé atolondrado.
Y no sabía a quién recurrir, si por primera vez el problema lo tenía con vos. Estaba perdido.
Koko reflexionó, y ya no pudo evitar admitir que su amigo estaba en lo correcto. Durante su primera pelea, había tenido un cuidado inconsciente de no revelar los puntos más importantes; lo último que había necesitado en aquel momento había sido el orgullo herido.
—Bueno, tenés razón. La voy a hacer corta, ¿sí? Me gustaste un montón de tiempo, estaba frustrado por eso, y cuando me puse en pedo me pegó por ese lado. Me acordé de cosas que pasaron, y empecé a flashear. Empecé a proyectar mis necesidades en vos, o algo así.
Inupi tenía muchas preguntas, y no sabía por dónde empezar. ¿Frustrado? ¿Por qué lado le pegó? ¿Qué cosas se acordó? ¿Qué flasheó, exactamente? ¿Qué necesidades? ¿"Algo así"?
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El Profe
RandomBaji, fiel a su principio de no creer en el amor, se desconcierta al descubrir que no puede olvidar al rubio de ojos celestes que conoció una noche. Cuando el universo, casi como una burla, lo vuelve su profesor particular, acaba atrapado entre su e...