18. Tiempo Después

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Volví, dios, no se imaginan lo que extrañaba escribir (tuve un bloqueo jjsjs), actualizar y A MIS CHIQUITOS los adoro

Espero que lo disfruten <3


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Unos pocos días después, la noche porteña presagiaba una tormenta implacable, momento que tanto Rindou como Ran aguardaban con ansias.

—¿No te parece un poco deprimente cenar eso? —inquirió Ran al entrar a la cocina y toparse con Rindou, quien servía agua caliente dentro de un pote de Maruchan.

Su hermano lo observó. —Tenés lindo olor —fue lo único que replicó antes de devolver la atención a los fideos.

—Obvio que tengo lindo olor, me acabo de bañar. ¿Qué te pasa? —Ran lo abrazó por la espalda y asomó la cabeza por sobre el hombro frente a él. —¿Estás triste?

Rindou se relajó al tacto; aquellos brazos eran su lugar seguro. Posó los ojos sobre la tapa cerrada del pote, como si esperara visualizar cómo la comida se humedecía dentro.

—Me preocupa Souya —admitió al fin.

Ran no pudo sorprenderse; después de todo, le ocurría lo mismo.

—¿Qué te preocupa? —le respondió.

—Todo, onda... quiero que lo sigamos viendo, ¿no te parece? Pero no... —suspiró— no sabe que somos hermanos. Le dijimos que somos pareja porque pensamos que era algo de esa noche, como siempre. ¿Qué tanta explicación le íbamos a dar a alguien que no íbamos a ver más?

—Y después escaló... —concluyó Ran.

Durante las semanas anteriores, ninguno de los dos había dejado de hablar con Angry. Habían decidido hacer un chat grupal, sólo los tres, y explotaba de mensajes todos los días. Souya periódicamente se volvía más charlatán, y los hermanos actuaban cada vez más embobados con él. Las veces que se reunían para ir al cine, a comer o simplemente a pasear, no sucedían grandes cosas, pero a Ran y Rindou les costaba mucho trabajo sacarle los ojos de encima.

—¡Claro! Y siento que nada que hagamos ahora se va a sentir bien. Cortarle el rostro, pedirle ser solo amigos, contarle la verdad... No sé qué onda, pero me da mucho miedo su reacción cuando le contemos, si es que le contamos —Rindou hablaba con evidente frustración, inconfundible en su tono de voz.

Ran suspiró también, y lo soltó para colocarse de espaldas contra la mesada, reflexivo. Él tampoco podía imaginarse un buen resultado.

—El agua sigue caliente, ¿querés...?

Ran asintió, aceptando cada vez más la idea de que, si iban a estar preocupados, era mejor estarlo con comida caliente y rica.

Momentos después, ambos ocupaban sus lugares en el sillón del living, pegados uno al otro, buscando cualquier cosa para ver en Netflix.

—¿Vamos a empezar algo nuevo? —quiso saber Ran.

—No, me parece que es momento de poner Avatar de fondo y hacer de cuenta que nunca lo vimos —respondió el otro, mientras seleccionaba el primer capítulo.

Ran colocó una mano en su muslo para que le preste atención. —Rin, escuchame. Tendríamos que resolver esto.

Rindou se tomó su tiempo para responder. —¿Cómo?

—Mirá... no se me ocurre otra cosa que no sea hablarlo con él. Hablemos todo, porque todo lo que sigamos omitiendo va a caer cada vez peor mientras más tiempo pase.

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