Capítulo 4: Ravenna Pugliese.

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92 días antes de la lesión. Hotel George V. París, Francia.

Desperté y al hacerlo creí que la noche anterior había sido un sueño. No una pesadilla, porque estaba Ava en él. 

No había rastros de Agnes ni nada que me dijera que había pasado la noche conmigo hasta que levantándome y arreglando las cosas para ir a ducharme, me doy cuenta que sobre la mesa de luz descansa una pequeña nota con su caligrafía perfecta.

"Me encantó velarte el sueño, aunque fuera desde la comodidad del sillón frente a ti. Por primera vez en mucho tiempo, pasar una noche en vela viendo tu rostro, no es un sueño, así que valió totalmente la pena. 

Agnes Van Asten."

No pude evitar sonreír al imaginarme a Agnes viéndome TODA la noche desde esa terrible silla que está frente a la cama en el dormitorio de aquella habitación, porque eso definitivamente de sillón no tiene absolutamente nada.

Anoche la dejé tomándose un copa de vino en en la sala de estar de la suite, sin nada más que mi camisa puesta, mientras yo salía de ahí con la excusa de cambiarme de ropa pero al parecer no volví. El sueño terminó por vencerme y definitivamente ver a aquella mujer, en esa situación, definitivamente no era algo que quisiera hacer si quería mantener mi autocontrol.

Aunque pensando en nuestra historia es de las mejores plantadas que le hice, definitivamente no quiero recordar las peores.

¿Por qué siento que esta es una historia que se está repitiendo?

Estrellita - Escucho alguien llamar a la puerta cuando salgo de la ducha, como sé de quién se trata solo me coloco ropa interior y voy a abrir. - Tenemos que irnos joder Di abre la puerta.

Ya, ya. - Digo llegando y abriendo para que ella pueda entrar. - Deja de gritar - Comento mientras sigo secando mi cabello con la toalla en mi mano caminando a la habitación para terminar de vestirme.

¿Desayuno? - Pregunta fuerte para que la escuche, me apure en cambiarme hasta llegar a ella con ropa de entreno también sorprendida. - ¿Con quién pasaste la noche? - Insiste logrando que me acerque a ella para ver de que hablaba. - Y no me mientas perra, odias el desayuno a la habitación de este lugar.

Me hago la desentendida hasta que ella nota que hay un papel escrito acompañando aquella comida hago un intento fallido por quitárselo y ella termina por abrirlo para leer su contenido.  

Probablemente seré mujer muerta en menos de 5 minutos.

Gracias por la mejor noche de mi vida, disfruta tu desayuno. AVA

¿AVA? - Dice casi gritando. - ¿Quién carajos es Ava? - Sus preguntas me dieron soberanamente igual.

Mi cabeza comenzó a subir y bajar en el mismo sitio, todo a mi alrededor no paraba de dar vueltas. Aquello parecía todo menos una comedia romántica, en mi interior revoloteaban aquellos murciélagos que hace años no sentía. 

¿Solo yo recuerdo aquellas palabras? Fueron las que textualmente llegaron en la nota que me envió a mi oficina hace ya ni sé cuántos años. Fue justamente como revivir aquel momento, Ava si que sabe cómo usar mi mente a su antojo, ella quería repetir sus malditos modos sin cambiar nada.

Y definitivamente va a obtener los mismos resultados, una idiota que está hasta los huesos por ella.

Nadie que te interese Sabana. - Respondo de mala gana volviendo a la realidad quitándole la nota comprobando su letra y lo que decía. - Vamos, nos va a dejar el avión.

La última obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora